¿Has visto alguna vez a alguien que no presta atención a lo que está haciendo en ese momento? Alguien nos habla, pero nuestra mente está en otra parte; al doblar la esquina nos chocamos la pared por estar absortos en la tarea que nos espera.
Con todas las responsabilidades del día, es lógico que estemos preocupados. Sin embargo, vivir el presente es una alegría. Este momento no se volverá a repetir. Todo cuanto sucede es importante y significativo. Cuando pones la atención por completo en cada momento, la vida adquiere una mayor plenitud.
Si estás mirando hacia delante… o hacia atrás, te perderás la importancia del ahora. Experiméntalo. Sé consciente de él. Vive plenamente el instante. Sumérgete y bucea en él. No es un ensayo general, sino tu vida. Nunca más volverás a vivir este momento.
Algunas personas esperan a que la vida ocurra. Entonces la afrontan, reaccionan a ella y siguen el camino que les marca, intentando sortear las dificultades lo mejor posible. Tus pensamientos, creencias y actos son como ondas propagándose en una laguna y creando tus vivencias. Tienes el poder para hacer que la vida ocurra. Este momento condicionará los otros. Ser más consciente de las decisiones que tomas en cada momento te permite crear la vida que deseas.
Despiértate afrontando con ilusión el día que tienes por delante, como si fuera tu cumpleaños y esperaras recibir un montón de regalos. Algunos tal vez sean de lo más sorprendentes. Cuando recibes el día con esta actitud, creas un campo energético que atrae las cosas buenas de la vida. Advierte las palabras amables de un compañero de trabajo, la sonrisa contagiosa de un niño, la moneda que te encuentras a la vuelta de la esquina. Cada día está lleno de sorpresas.
Arriésgate. Explora ¡La vida te sorprenderá con situaciones inesperadas mucho más maravillosas de lo que puedas imaginar!
La vida es una aventura magnífica cuando abandonas tus pequeños apegos y te abres a unas mayores posibilidades de lo que pueda ocurrir.
Carlos Laboranti. Director Ejecutivo