La violencia en el fútbol es un problema que ha ido en aumento en los últimos años, y que afecta no solo a los jugadores y entrenadores, sino también a los árbitros y a los propios espectadores. Sin embargo, hay un sector donde este problema es especialmente grave y preocupante: el fútbol infantil.
Es inaceptable que los niños y adolescentes que practican este deporte sean sometidos a insultos, gritos y humillaciones por parte de los adultos que deberían dar otro tipo de imagen a los pequeños. Los entrenadores, padres y espectadores en general que se dedican a gritar e insultar a los niños, no solo están dañando su autoestima y confianza, sino que también están creando un ambiente tóxico que puede tener consecuencias graves en su desarrollo emocional y psicológico.
Los agravios son moneda corriente a árbitros y a los propios jugadores, e incluso en muchos casos están dirigidos de padres a sus propios hijos o en otros casos a rivales de ellos.
La violencia verbal en el fútbol infantil no solo es un problema de respeto y educación, sino también de salud mental. Los niños que son sometidos a este tipo de abuso pueden desarrollar ansiedad, depresión y otros problemas emocionales que pueden afectar su bienestar y rendimiento en el deporte y en la vida.
En más de una ocasión puede observarse la vergüenza que suelen sentir esos pequeños por el comportamiento de sus padres.
Es hora de que los clubes, federaciones y autoridades tomen medidas para erradicar la violencia en nuestro deporte, principalmente en el que involucra a menores. En este sentido, es muy loable la decisión de la Liga Necochea de Fútbol de suspender los partidos y sancionar a los clubes ante insultos o agravios a jugadores y árbitros. Esta medida es un paso importante para proteger a los niños y adolescentes que practican el fútbol y para crear un ambiente más respetuoso y seguro en los estadios.
La manera de acompañar a los niños en el fútbol no es insultándolos, sino apoyándolos. Los adultos deben ser modelos a seguir, ofreciendo palabras de aliento y motivación para que los niños puedan desarrollar su pasión por el deporte de manera saludable y positiva.
Esperamos que otras ligas y federaciones sigan el ejemplo de la Liga Necochea de Fútbol y tomen medidas similares. Los niños y adolescentes que practican el fútbol merecen un ambiente seguro y respetuoso, y es nuestro deber protegerlos y garantizar que el fútbol sea un espacio positivo y enriquecedor para todos.
Carlos Laboranti, director ejecutivo