Una Selección que cierra grietas

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Desde hace más de una década, los argentinos hemos vividos sumergidos en la tristemente célebre “grieta”, que con el correr de los años, parece ir creciendo más y más.
En más de una ocasión he deseado desde este lugar que la misma se cierre definitivamente, aunque pasa el tiempo, cambian los gobiernos, cambian los referentes políticos, pero la grieta sigue ahí, cada vez más profunda.
Pero hay algo que también generaba controversia, que a partir de 2021 parece habernos unido: la Selección Argentina.
Históricamente nuestro seleccionado generó pasiones, alegrías, tristezas y por qué no decirlo, también divisiones. La pelea Menotti-Bilardo marcó a fuego al equipo argentino y eran justamente ellos quienes nos habían dados las últimas grandes alegrías, además de los títulos conseguidos más acá en el tiempo por el equipo de “Coco” Basile.
Pero desde aquellos comienzos de la década del 90, nuestra Selección estuvo casi 30 años sin conseguir ningún título.
La Copa América lograda en 2021 pareció dejar saldada cualquier discusión futbolística en torno a la albiceleste y ya nadie osó discutir a Messi, Di María y compañía.
Algo más de un año después, ese mismo equipo dirigido por Lionel Scaloni nos dio una de las mayores alegrías en años, levantando nuestra tercera copa del mundo.
Casi dos años después, esos mismos jugadores y cuerpo técnico pusieron a la Selección en una nueva final de una Copa América y buscarán esta noche el título.
Pero justamente este editorial lo escribo hoy, antes de la final, porque sea cual sea el resultado no cambiará en absolutamente nada mi pensamiento.
Un triunfo seguramente nos generará una enorme alegría y una derrota nos llevará a la tristeza, pero ningún resultado podrá hacernos cambiar lo que pensamos de este equipo que nos ha llenado de alegría en épocas de angustia por la difícil situación que viene atravesando nuestro país desde hace muchos años.
Claro está que ver a Messi levantando una copa no le llena la panza al que pasa hambre, no le paga la boleta de luz o gas a las personas ni le consigue un trabajo a quien no lo tiene, pero este equipo le ha dado a los argentinos algo que nuestros dirigentes no han podido: alegría, ilusión, identificación y un espejo en el cual mirarse.
Porque lo que han logrado es en base al talento inmenso que tienen cada uno de sus integrantes, sin dudas, pero también a un trabajo en equipo, a la solidaridad, al esfuerzo, a estar unidos, a dejar de lado los egos, a trabajar en equipo…
Esta Selección ha logrado lo que parecía imposible: cerrar la grieta. Cuando juega Argentina, todos alentamos, sufrimos, disfrutamos, pero ya no hay antis… Ni anti Messi, ni anti Scaloni, ni anti Selección, porque cada argentino se ha sentido identificado con este equipo.
Ojalá esta Selección Argentina sirva de inspiración para la dirigencia política y en poco tiempo, podamos decir que esa grieta que nos separa, que nos desune, que ha hecho distanciar a amigos y familias, se ha cerrado definitivamente, y que las alegrías para el pueblo argentino, ya no son sólo futbolísticas.
Carlos Laboranti, director ejecutivo