La localidad de San Cayetano, se ha transformado en los últimos años, en uno de los ejemplos a seguir en materia de cuidado del medio ambiente.
A partir de mediados del año 2013, cuando fue inaugurada la Planta de Tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos, dicha ciudad fue dando numerosos pasos buscando concretar el ambicioso objetivo de “Basura Cero”.
Así es que se fueron realizando importantes inversiones para dotar de infraestructura y tecnología a la mencionada Planta, además de realizar capacitaciones para el personal y campañas de difusión para llegar a toda la comunidad y que todos se sientan parte de este sueño.
Con una comunidad consustanciada con la causa y una gestión que ha hecho del cuidado del medio ambiente una de sus banderas, no llamó la atención que el año pasado se iniciaran las gestiones y estudios tendientes a concretar el cierre del lugar donde se depositaban los residuos previo a la instalación de la Planta de Tratamiento de RSU, transformando a dicho lugar en un espacio conocido como “pulmón verde”, tal como se denomina a las zonas que son ricas en vegetación.
Si pensamos en algunas décadas atrás, cuando nosotros éramos chicos, recordaremos numerosos montes que rodeaban las ciudades y algunos que incluso estaban en plena planta urbana. Como he contado en otras ocasiones, yo nací y crecí en Lobería y era habitual alejarnos de la zona céntrica para ir a jugar a algunos de los montes de eucaliptos que encontrábamos pedaleando algunas cuadras.
La urbanización de esos sectores hizo que las plantas fueran reemplazadas por construcciones y si pensamos en la parte rural, muchas de esos árboles fueron eliminados para generar mayores áreas de producción o en otros casos, cortados para su venta.
Esto sucede en todas las ciudades de nuestra región, por eso es destacable la decisión del gobierno de Gargaglione de crear un espacio de arbolado específico en el área urbana, que aporte oxígeno y permita disminuir la huella de carbono local, conforme los objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas. Vale destacar que cuando menciono la huella de carbono, me refiero a las emisiones de dióxido de carbono (CO2) que el ser humano genera con sus actividades y consumos.
Esta decisión del gobierno sancayetanense fue anunciada en agosto del año pasado, y en estos días, ya se pusieron en marcha las obras con un importante movimiento de suelo que está realizando maquinaria municipal. Así es que el viejo basural se transformará en una plantación de árboles, que según estableció un grupo de expertos, serán eucaliptus rojos, asegurando para las generaciones futuras, una zona conservada de arbolado como parte del patrimonio ambiental de la sociedad.
Carlos Laboranti – Director Ejecutivo.