Un lugar que refleja la identidad «fierrera» de Lobería

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Lo que Oscar “Pincho” Castellano significa para Lobería, lo saben todos, los propios vecinos loberenses y los de cualquier punto del país.
Es que donde sea que uno se encuentre, si menciona la localidad de Lobería, inmediatamente surge el nombre del gran ídolo deportivo.
Los homenajes que el tricampeón de TC ha recibido en su ciudad, han sido innumerables, dando por tierra con la conocida frase “nadie es profeta en su tierra”, la cual no es aplicable en esta ocasión, puesto que “Pincho” es adorado en la localidad que lo vio nacer y en la cual vivió toda su vida. Los vecinos loberenses sentimos un tremendo respeto y orgullo por quien llevó por todo el país el nombre de Lobería.


Pero la relación de esta ciudad con el automovilismo surge muchos años antes de que “Pincho” trascendiera a nivel nacional y lograra triunfos y títulos que lo hicieron tapa de El Gráfico, Corsa, TC La Revista y los principales diarios del país. Lobería ya se había ganado con creces la denominación de la “Capital de las cafeteras”, con carreras en las que se lucían numerosos pilotos que tenían sus peñas y grupos de hinchas fanáticos.
Pero mi intención en esta ocasión no es profundizar acerca de la relación de Lobería con el automovilismo, sino que lo que deseo es destacar la creación de un lugar que ha llegado justamente para revalorizar a aquellos pilotos que hicieron que Lobería se ganara un nombre en el ambiente “fierrero”. Un lugar que pasó a ser de visita «obligada” para aquel que se precie de ser conocedor o amante de los autos.
Me refiero al Centro Cultural Villa Ercilia, donde tiene un lugar cada uno de estos pioneros del automovilismo local, con exposición de autos, elementos, trofeos, fotos e información de cada uno de ellos.
Allí también pueden encontrarse elementos, carteles y demás cosas que pertenecieron a históricos comercios loberenses, por lo que ingresar allí es como cerrar los ojos y volver cuatro o cinco décadas atrás.
Como “Bonus track”, en un pequeño “altillo”, puede encontrase una excelente muestra sobre el doctor Pedro Curutchet, con instrumentación y elementos de medicina utilizados por el mencionado profesional, además de material periodístico y bibliográfico del mismo.
Tan interesante ha sido la propuesta de este sitio en su poco más de un año de vida, que ha despertado el interés de personas e instituciones, que se han acercado a su dueño, el doctor Horacio Cherenscio, para organizar eventos en conjunto. Es así que junto al Museo Histórico “La Lobería Grande”, la Dirección de Cultura, el periodista de automovilismo Miguel Fernández y el vecino Jorge González, han organizado muestras, charlas, proyecciones de películas y más.


Todo esto ha llamado la atención de distintos medios nacionales, que se han hecho presentes en el lugar para tomar imágenes y difundirlo.
Es fundamental apoyar a estos vecinos con inquietudes, cuyo objetivo no es obtener un rédito económico, de hecho, vale decirlo, a pesar de ser un emprendimiento privado, todas las actividades que propusieron, fueron con entrada libre y gratuita. La meta que persiguen no es otra que poner en valor determinados recuerdos que para otros eran “chatarras”, recuperándolos como objetos valiosos de la historia del distrito, resaltando a aquellas personas que fueron forjando parte de la identidad fierrera de la ciudad.
Nuestra manera de apoyar estos emprendimientos, es difundiendo cada una de las actividades que allí se realizan e instando a la comunidad a visitar este Centro Cultural.
Tal como indiqué en el comienzo de este comentario, Lobería es conocido, entre otras cosas, por los logros del “Pincho” Castellano y por su historia con el automovilismo. Hoy, esa larga y rica historia tiene su lugar: el Centro Cultural Villa Ercilia.
Valerio Cherenscio, jefe de redacción.