Una ambulancia de Lobería que había viajado a buscar a un paciente a la ciudad de La Plata, se encontró con un accidente y se detuvo a asistir a un joven que había sido embestido por un auto.
La casualidad quiso que el accidentado fuera el hijo de un loberense.
Fue el padre del joven quien dio a conocer el hecho. Juan Carlos Brusasca, está viviendo en Lobería desde hace unos años y en el medio del difícil momento que atraviesa por la gravedad de las lesiones sufridas por su hijo, agradeció el gesto de la enfermera y sus compañeros de trabajo.
«El sábado a la tarde, en La Plata, mi hijo Nicolás tuvo un grave accidente. Un auto cruzó en rojo el semáforo porque iba apurado y lo atropelló, estando grave en un hospital. Por casualidad, la ambulancia que lo ayudó hasta que llegara el Same, era de Lobería y las manos angelicales de la enfermera Luciana Monge. Yo quiero agradecer ese gesto. Ella no sabía quién era y ayer cuando vio que pedían cadena de oración por mi hijo, lo conoció».
La propia enfermera contó luego que ella se encontraba con sus compañeros de trabajo, «los dos choferes Ruben Guzmán y Jorge López. Actuamos como se debía hasta que el SAME llegó. Es empatía, vocación, cumplir con la responsabilidad de servicio a la comunidad y a las personas. Amo mí profesión. Pronta recuperación para Nicolás».