Más de un año después de haber permanecido 30 días presos acusado del delito de tenencia de estupefacientes para su comercialización, el vecino loberense Hugo Pavón, denunció que la policía le «plantó» una balanza digital y que mintió para incriminarlo.
Vale decir que transcurrido un mes de su detención, fue sobreseído por la jueza Aída Lhez, quien consideró que los estupefacientes encontrados en su domicilio eran para consumo personal.
Si bien el allanamiento que originó su detención se produjo el 6 de marzo del año pasado, Pavón recién ahora decidió hacer público su caso, y para ello se acercó a Radio Ciudad, donde no sólo contó su versión, sino que además lo hizo con una copia de la resolución de la jueza que tomó su caso.
El vecino contó que «ese día yo estaba en mi casa, a las 7 menos cuarto de la mañana, con compañeros de trabajo, cambiando la goma de un auto, cuando para un auto de dónde se bajan cuatro personas y se meten dentro de mi casa. A su vez, una persona, con chaleco de Policía, me apunta y me detiene en la calle. A los 3 o 4 minutos, aparece otro auto, con la persona que trae la orden de allanamiento y un testigo que traían de Necochea, justo cuando estaban saliendo los policías que había entrado antes a mi casa».
Pavón contó que «todo esto lo observaron dos personas que trabajan conmigo y otra persona que estaba en la misma obra que yo, que son los testigos que yo pongo. En definitiva me hacen un allanamiento, y me encuentran marihuana, porque yo soy consumidor de marihuana y era para consumo personal (en la causa se consigna que eran 18,3 gramos) y una balanza, que no era mía. Esa balanza me la pusieron esos policías que ingresaron primero. La marihuana no hubiera sido causante de detención porque era algo que yo tenía para consumir, lo que generó mi detención fue esa balanza, que la Policía puso en lo que le quedó más a mano, que fue en un cajón donde mi nena tiene los peines, cepillos, colitas, vinchas…».
En su relato, el vecino, conocido en la ciudad como «Palermo», expresó que «en todo lo que pudieron, mintieron y trataron de ensuciarme. No sólo trataron de implicarme, sino que lo hicieron, buscaron pruebas falsas, y yo estuve 30 días presos y todo por pruebas falsas. Sentí mucha indignación».
En otro tramo de la entrevista, Pavón afirmó que «la fiscal (Verónica Daniela Posee), se portó muy mal conmigo, me trató como si fuera la peor basura sobre la tierra, me trató muy mal. Por su parte, la jueza (Aída Lhez) me escuchó, tomó declaración y pidió pruebas de todas las cosas que yo le pedí que tomara pruebas. Por ejemplo, se afirmaba que una de las personas por las que se inició esta investigación, llamaba a un amigo para que llamara a un tal «Hugo», y un testigo de identidad reservada que puso la Policía, decía que ese «Hugo» era yo. Resulta que esa persona nunca había llamado a mi número. Fue todo muy burdo, yo en todo esto, no tenía nada que ver, yo me reconozco como un enfermo, que consume marihuana, pero soy un tipo que compro marihuana, no que vendo, entonces tengo mucha bronca».
En la continuidad de la nota, explicó que «a esta altura me han hecho como siete u ocho allanamientos, pero siempre fui sobreseído. Yo sé que estoy marcado, eso lo tengo re contra claro, pero quiero que la gente sepa que yo no tengo antecedentes de ningún tipo. En todos los allanamientos que yo he recibido, lo que me han encontrado es marihuana para consumo personal. Esta es la primera vez que quedé preso y fue porque la intención fue ir a detenerme, y para eso, me pusieron la balanza, eso fue lo que hizo la policía, me puso la balanza. Y hay algo importante que aclarar, esa balanza fue peritada y el resultado fue que esa balanza no tenía ni mis huellas, ni las de mi nena. Esa balanza me la puso la Policía. Es duro, es cruel, pero lamentablemente, esta metodología de la policía, es muy habitual».
La resolución de la jueza
La jueza Aída Lhez, en los «considerandos», expresa que «no se advierten elementos para sostener, si quiera con el grado probabilidad, que la tenencia de estupefacientes secuestrado estuviera dirigida a una finalidad distinta al consumo por parte del imputado», agregando que «no es de una cantidad que permita sostener que la finalidad era la comercialización». También sostiene que «el modo en que fueron hallados los estupefacientes tampoco indicaría la finalidad de comercialización, ya que no se encontraban fraccionados».
Además, expresa la jueza que «en cuanto a la declaración testimonial y la impresión de conversaciones, se advierte que de ellos surge la posible comisión del delito de comercialización de estupefacientes por parte de otras personas, pero en ningún momento se menciona al imputado Hugo Pavón. La agente fiscal menciona los informes de titularidad de las líneas telefónicas, de los cuales tampoco surge mencionado Hugo Pavón».
Por último, explica Aída Lhez, «el único indicio que permanece para sostener que la escasa cantidad de estupefacientes secuestrada en la vivienda de Pavón estaba destinada a la comercialización, es el secuestro de una balanza digital con restos de sustancia vegetal, circunstancia que ha sido puesta en crisis por el imputado, al afirmar que dicha balanza no es suya y no estaba en su domicilio antes del allanamiento, agregando que el personal policial actuante estuvo dentro de su domicilio durante cinco minutos sin su presencia ni la del testigo de procedimiento, lo cual en principio es corroborado por las testimoniales de dos personas».
Posteriormente agregó que «valora innecesario resolver sobre la validez o nulidad de dicho procedimiento policial», ya que considera que «aún cuando se lo considere válido, corresponde el sobreseimiento de Pavón».
Finalmente, la jueza dictó el sobreseimiento de Hugo Pavón.