El Gobierno bonaerense modificó el sistema de fases que regía desde junio de 2020 y estableció una nueva estrategia de gestión de la pandemia de coronavirus en la que los municipios formarán parte de la «fase general» o en una «de reserva», en base a los indicadores de la situación sanitaria y epidemiológica.
Así lo explicó hoy el jefe de Gabinete de la Provincia, Carlos Bianco, durante una conferencia de prensa que encabezó en la Casa de Gobierno, en La Plata, en la que dijo que el sistema va «en consonancia con las nuevas normativas dispuestas el viernes por el Gobierno nacional».
«Desaparecen las fases de alto, medio y bajo riesgo sanitario y epidemiológico (fases 2, 3 y 4). Sólo contaremos con dos fases: la general, que aplica a toda la Provincia de Buenos Aires, y la de reserva, que es la de alarma sanitaria y epidemiológica», explicó Bianco.
Sostuvo que en la fase general, en la que actualmente se encuentran los 135 municipios, se pueden llevar adelante distintas actividades recreativas, culturales, comerciales o de servicios.
El funcionario recaló que en esas actividades en espacios cerrados «el aforo es de hasta el 70 por ciento, salvo bingos o casinos, que es del 30 por ciento».
No obstante, remarcó que «quedan suspendidos viajes grupales, reuniones sociales de más de 10 personas en el interior de las viviendas, las reuniones de más de 20 personas en espacios exteriores, las reuniones en espacios públicos de más de 100 personas, las actividades en discotecas, salones de fiestas o de baile. Sí se pueden realizar eventos masivos hasta 1.000 personas», destacó.
Respecto a la fase de reserva, de alarma epidemiológica y sanitaria, expresó que «en caso de que tenga que ponerse en vigencia, sólo se aplicará en aglomerados urbanos o distritos de más de 300 mil personas; es decir, en el AMBA o en los municipios de Mar del Plata y Bahía Blanca».
«Los parámetros nuevos que estableció el Gobierno nacional y que la provincia ha adoptado, a partir de los cuales eventualmente esos municipios pasarían a fase de reserva, son dos: una ocupación de camas UTI superior al 80 por ciento y además una variación porcentual un 20 por ciento superior a la semana previa de las internaciones en UTI», detalló Bianco.