Cuando los días de descanso se terminan, la mayoría de las personas sufren algún tipo de angustia o añoranza por el ocio perdido. Siempre es posible volver al ruedo y equilibrar la agenda y mantener algunos espacios de recreación.
El primer mes del año llega a su fin y con él las vacaciones para muchos. Los que ya regresan a su rutina, en general, luego de este tiempo de descanso, suelen sufrir algún tipo de angustia o añoranza por el ocio perdido.
Es normal regresar de las vacaciones añorando el período de descanso. Ahora bien, el panorama cambia cuando esa “añoranza” se transforma en algo más: depresión, nerviosismo generalizado, irritabilidad, ansiedad y, a veces, hasta sintomatología física que acompaña estos “estados de ánimo”, lo cual impide continuar con la vida normal.
Para mitigar o evitar de la mejor manera posible el estrés post vacacionales, es importante mantener ciertos hábitos: equilibrar en la agenda las horas de sueño, tener una alimentación balanceada, mantener tiempo de ocio y recreación, fijar períodos de tiempo dedicado al trabajo, estudio o demás obligaciones, y hacer ejercicio al menos tres veces a la semana. En la medida de lo posible, tomar períodos cortos de descanso durante el año.
También es recomendable resolver los problemas de a uno, dividiendo cada uno en diversos órdenes de complejidad, proponiendo una alternativa de solución para cada uno, eligiendo la opción más realista posible, o aprendiendo a aceptar que dicho problema no posee solución.
Para ella, es necesario cambiar la visión negativa o catastrófica sobre los acontecimien-tos por suceder, reemplazando esa mirada por otra más realista y mesurada a la hora de evaluar la realidad. Y siempre recordar que no hay que intentar controlarlo todo; de hecho, es una tarea utópica. En el caso de no lograr manejar adecuadamente la situación de estrés, es aconsejable no perder tiempo y evitar que el cuadro avance, ya que puede resultar incapacitante para quien lo padece.
Carlos Laboranti. Director Ejecutivo