Más allá de la inflación imparable que sufre nuestro país (ver “En casi tres años, los aumentos…”), hay algo más que golpea fuertemente en la economía de los hogares: los tarifazos.
Mucho se ha hablado de los permanentes aumentos en las tarifas de gas y electricidad, aunque la cantidad de anuncios que se han hecho al respecto desde enero de 2016 a la actualidad, hicieron difícil saber concretamente cuánto totalizan esos incrementos.
Para acercarnos a un número real, tomamos como testigo una casa de familia, en la que viven un matrimonio y dos hijos, comparando las boletas pagadas en igual período de 2015 y de este año.
En el período 5 de 2015, con un consumo de 587,02 metros cúbicos, la boleta de gas del bimestre fue de 259,17 pesos; mientras que en el período 5 de este año, consumiendo 576,69 metros cúbicos, el valor fue de 4.886,68 pesos.
Si uno divide el valor pagado por el consumo, la cuenta es sorprendente: en 2015 se pagaba a razón de 0,441 el metro cúbico y en 2018 a 8,473 el metro cúbico, lo que marco un aumento de 1819,28 por ciento.
En la luz, la misma cuenta da un aumento significativamente menor, que alcanza un 201 por ciento.
Vale aclarar que dependiendo de los consumos, si aumentó o bajó el mismo, de la categoría de usuario, etc., estos porcentajes pueden variar.