Este domingo se produjo un encuentra profundamente emotivo, entre la joven de San Manuel, Tamara Vargas, y la pequeña Ignacia, la niña a la que le salvó la vida donándole médula ósea.
Ignacia estuvo acompañada de sus padres y Tamara junto a su familia y amigos, entre los que estaba Jorgelina Orcajo, líder del Grupo Linfomas San Manuel, quien de alguna manera fue la «responsable» de que Tamara decidiera anotarse como donante de médula ósea.
Vale destacar que hace pocos días, un año después de haberse concretado la operación, con el consentimiento tanto de la familia de quien recibió la médula ósea como de la joven donante, el Incucai les dio a conocer la identidad de uno y otro.
La noticia llamativa, es que la niña que recibió la donación es de Vela, a apenas 120 kilómetros de San Manuel, y su padre es de Napaleofú. Vale decir que a la hora de buscar personas compatibles con la paciente, se recurre a un Registro de Donantes de Médula Ósea que es mundial y por más increíble que parezca, la paciente y la donante vivían a unos pocos kilómetros de distancia.
Este domingo finalmente se concretó el movilizante encuentro, pudieron intercambiar regalos y charlar largamente.
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