Tamangueyú, un pueblo con verdadero sentido de pertenencia

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Si nos preguntan por qué amamos a nuestro pueblo o ciudad, seguramente destacaremos sus mayores virtudes, las de su gente, los atractivos naturales, etc., pero principalmente, diremos que la amamos por ser el nuestro, en el que nacimos, en el que crecimos, en el que están nuestra raíces.
A muchos, como es mi caso, la vida nos llevó a radicarnos en otra ciudad, a la que aprendimos a querer como propia, pero el lugar donde nacimos siempre será “nuestra tierra, nuestro hogar”.


Probablemente una amplísima mayoría sentimos que nuestro pueblo “es el mejor” y que puede no gustarnos algo, pero si alguien se atreve a criticarlo, salimos en su férrea defensa.
Más allá de que creo que esto le sucede al común de la gente, tengo la percepción que hay lugares que generan un sentido de pertenencia mayor a otros. Uno de esos poblados estoy seguro que es Tamangueyú, la pequeña localidad loberense, ubicada a unos pocos kilómetros de la ciudad cabecera del distrito y que muchos en la zona apenas tal vez conozcan “de pasada” cada vez que transitan por la ruta 227.
Es algo que puedo percibir cada vez que me encuentro con algún vecino de allí, que ante la menor oportunidad, cuenta con sumo orgullo que es “nacido y criado en Tamangueyú”.
Por eso no llama la atención que ante cada evento desarrollado en este pueblo o en cada fecha significativa, uno pueda encontrarse con personas oriundas del lugar, que sienten la necesidad de estar presentes.


Aún recuerdo cuando años atrás se inauguró el hermoso Centro Cultural en la vieja Estación, la cantidad de gente que viajó desde distintos lugares para observar con emoción como los viejos andenes volvían a lucir llenos de gente nuevamente. Lo mismo pasó con la inauguración de la esperada Plaza “El Empalme” tiempo después y más recientemente con el festejo del 130º aniversario de la localidad.
El pasado domingo se realizó el festejo del cumpleaños del histórico Club Tamangueyú y una vez más se pudo apreciar la emoción del reencuentro, los abrazos, las charlas llenas de recuerdos, la emoción de ver una vieja foto y la nostalgia al recordar a quien ya no está.
Eso es Tamangueyú, el trabajo mancomunado de la comisión del Club, de los docentes y alumnos de la Escuela Nº 12, la Secundaria Nº 4 y el Jardín de Infantes Nº 905, de los integrantes de la recientemente conformada Junta Vecinal, de quienes hace años no residen allí pero que siempre están dispuestos a poner su granito de arena para que el pueblo avance, que sus residentes tengan una mejor calidad de vida, pero siempre manteniendo la esencia que lo hace tan particular y que genera que siempre se quiera volver.
Carlos Laboranti – Director Ejecutivo.