En una zona en que la producción agrícola ganadera es la base de su economía, el estado de sus caminos es de vital importancia para su desarrollo.
Justamente es a través de los distintos caminos rurales y rutas que la producción de la amplia región sudeste de la Provincia de Buenos Aires, llega hasta el Puerto Quequén.
El cuidado, mantenimiento y mejorado de las rutas a las que nos referimos, corresponde al gobierno provincial y en ese sentido, ha habido diferentes enfoques de las últimas gestiones.
Es verdad que la actual gestión de Axel Kicillof está apuntando todos sus esfuerzos a equipar hospitales y centros asistenciales en el marco de la pandemia que atravesamos, pero antes pasaron gobernadores que no estuvieron condicionados por ningún virus y es por eso que podemos comparar las inversiones realizadas en materia de repavimentación y mantenimiento de estas vitales arterias de circulación.
Más allá de la dificultad que hay para definir con exactitud la cantidad de kilómetros de rutas realizados por cada gestión, está claro que María Eugenia Vidal le dio mucha más importancia a esta cuestión que su antecesor. De hecho, en 4 años de gobierno, la dirigente macrista rehabilitó alrededor de 4.500 kilómetros de ruta, contra algo más de 3.100 que realizó el actual embajador argentino en Brasil durante sus 8 años de gestión como gobernador bonaerense.
Justamente en la gestión Vidal, se realizaron excelentes trabajos de repavimentación en algunas rutas de nuestra región, como la 88 entre Necochea y Mar del Plata, la 75 entre Energía y San Cayetano y la 227 entre el cruce con la 226 y El Bonete. Pero no es menos cierto que hay sectores que ni una gestión ni la otra supieron mantener o mejorar y hoy están destruidos.
Si bien no se trata de la esperada repavimentación, el anuncio de que en medio de una difícil situación sanitaria, la Provincia de Buenos Aires invertirá más de 225 millones de pesos en reparaciones en rutas de nuestra zona, genera satisfacción. La obra en cuestión contempla el bacheo de pavimento flexible en la ruta 227 entre Lobería y Necochea, la ruta 55 desde Pieres hasta el límite del Partido de Lobería, la ruta 86 desde la ciudad de Necochea hasta el límite del distrito y la ruta 80 entre la 86 y Juan N. Fernández.
Son todos sectores que en los últimos años han sufrido un deterioro muy importante, por lo que las tareas anunciadas, si bien no brindarán la solución definitiva deseada, mejorarán notablemente la traza y reducirán los riesgos de que se produzcan accidentes. Vale decir que los anuncios contemplan también los mencionados trabajos de mejora en el acceso a San Manuel, que también presenta una innumerable cantidad de baches.
Lo que es sumamente llamativo es que no estén contempladas las tareas de bacheo en el tramo que peor estado tiene de la ruta 227, desde El Bonete hasta la ciudad de Lobería, donde los baches cada vez son más numerosos y grandes. A eso debe sumarse la falta de demarcación de la traza, tanto de líneas punteadas blancas como líneas continuas amarillas, líneas blancas continuas y toda otra señalización horizontal que corresponda, que en dicho sector brilla por su ausencia. Viajar en una noche lluviosa por allí es un suplicio, puesto que además de tener poco menos que “adivinar” la ruta, se debe esquivar los grandes pozos y evitar que los charcos de agua que se forman sobre la acera saquen al vehículo de la ruta.
Justamente en ese sector se produjo hace un par de semanas un accidente de una vecina de Lobería, que continúa luchando por su vida.
El hecho de que este tramo no haya sido incluido en la obra denominada “Rehabilitación y conservación de rutas provinciales”, puede ser un indicio de que allí esté previsto una obra de mayor envergadura, como la repavimentación que a todas luces es lo que se necesita, aunque probablemente esté pecando de ingenuo y optimista al creer esto.
En la continuidad de ese sector, también sería indispensable la repavimentación del camino Lobería-Moro-Nutrias y el acceso a la ciudad de Lobería desde La Virgen del Camino, aunque al no tratarse de rutas, pensar en ello parece más una utopía que otra cosa.
Es verdad que tal como mencionaba anteriormente, en tiempos de pandemia, las prioridades pasan por el cuidado de la salud y justamente hacia allí van la mayoría de las inversiones, pero eso no quita que la reparación de nuestras rutas de la zona sudeste de la Provincia no sean de una necesidad imperiosa y es lo que exigimos.
Necesitamos rutas transitables que nos permitan trasladar nuestra producción, viajar seguro para hacer trámites, para trabajar, para hacernos estudios, para seguir tratamientos o simplemente para disfrutar. Es una necesidad y es urgente.
Carlos Laboranti – Director Ejecutivo.