Atención Primaria de la Salud, una estrategia en el cajón del olvido

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Han pasado 43 años desde la proclamación de la estrategia «Salud para todos» de Alma Ata en septiembre de 1978 y a simple vista, ese objetivo que en principio tenía como meta llegar a todos con programas de fortalecimiento de salud en el año 2000, no se ha alcanzado y lejos estamos de lograrlo.

La herramienta para intentar cumplir ese lema fue, es y será la Atención Primaria de la Salud (APS).

Y es acá donde radica el problema, ya que es la APS un nivel de atención devastado, denigrado, olvidado y muy mal interpretado por los actores que tienen el poder de establecer políticas públicas coherentes.

Cómo en todos los ámbitos de nuestra vida, la pandemia vino a desnudar y demostrar la realidad en ruinas de la APS.
La historia de políticas hospitalocentricas han llevado a un empobrecimiento de la salud poblacional, medido esto por el alto consumo de capitales que se necesita para mantener una Terapia Intensiva o Internaciones o una Guardia General, sumados estos tres niveles de atención de la salud, solo deberían sumar el 20 % de las consultas por problemas de salud de cualquier índole.

De maduro cae que si se quiere mejorar los índices de salud de una comunidad, se deberá invertir y trabajar en el otro 80 % de problemas de salud y es en los Centro de Atención Primaria de la Salud donde se asisten esos problemas.

Es decir que solo haciendo fuerte la base la pirámide se sostendrá mejor.
Pero la APS se debe repensar, no es un lugar de atención de enfermedades, un equipo de APS debe librarse de prejuicios y hacerse el lugar referencial de su área programática, incorporando a la comunidad en tomas de decisiones sobre su salud poblacional, haciendo que el ciudadano deje de ser un actor pasivo para el motor de su propio bienestar.
Un equipo de APS se debe preocupar por los determinantes o las noxas que intervienen en la inclinación de la balanza entre salud y enfermedad. Debe procurar o gestionar cloacas, agua segura, accesos al sistema de salud, al sistema educativo, propiciar en medio bien te saludable, razón por lo cual su labor extramuro debe ocupar gran parte de su diario.
Por supuesto que para realizar esta tarea es necesario la formación y capacitación de los trabajadores de APS, también es absolutamente importante el reconocimiento de esa labor comunitaria en todos los sentidos.

La salud tiene que dejar de ser un bien de consumo, donde los que más tienen pueden acceder a mejor salud.

El Estado debe reafirmar su rol de garante de ese derecho irrenunciable y determinante de otros derechos que fomentan un Desarrollo Humano equitativo e igualitario.

 

Por Juan Pedro Arabarco – Médico