En la recorrida que efectuaron funcionarios municipales este martes para verificar el estado y avance de la extensión pluvial en el noroeste de Necochea, los vecinos de la zona se acercaron para profundizar el conocimiento sobre los beneficios que traerá la importante obra para las barriadas linderas, que son continua e históricamente afectadas cuando las precipitaciones son fuertes.
Quien llevó la voz cantante de los habitantes del Barrio Los Tilos fue Juan Pablo Larraburu, quien tiene su vivienda en uno de los puntos más afectados por este problema, en una de las intersecciones que más sufre con la concentración de agua de lluvia cada vez que una tormenta azota la ciudad.
“El problema que tenemos es que cuando llueve mucho se mete el agua adentro de las casas, mucha agua”, enfatizó el hombre. Como consecuencia de ello, “se revientan las cloacas y con los caños tapados en la 102 bis se entra el agua”, comenzó explicando sobre la situación que cumplirá en los próximos meses una veintena de años sin solución.
En ese preocupante contexto fue que el vecino señaló que “venimos esperando hace mucho este trabajo y gracias a Dios, puede ser que se dé ahora. Vi que estaban haciendo la obra y paré para preguntar. La verdad es una alegría enorme”, confesó Larraburu, luego de intercambiar algunas palabras afectuosas con el secretario de Planeamiento, Obras y Servicios Públicos, Adrián Furno, a quien recurría frecuentemente cuando éste era presidente del Ente Vial Descentralizado y la lluvia se convertía en una enemiga.
“Con esto veníamos atrasados desde 2003 o 2004, cuando entregaron el barrio. Siempre tuvimos este problema, siempre agua en las casas”, pero “llamamos al Ente Vial y enseguida mandan una motoniveladora o una retro para limpiar y hacen una zanja que va derecho al (Barrio José Hernández) Fonavi” para desagotar.
Este importante accionar se da en el marco de la urbanización de “Los Malvones”, aunque ayudará a desagotar las calles de toda la zona afectada. Las máquinas trabajan actualmente en el troncal de 71, que recorrerá unos 600 metros lineales con caños de 1000 mm, para que, posteriormente y con recursos propios de la comuna, la colocación de nuevas cámaras y sumideros termine por confeccionar una red que sirva para administrar el agua de lluvia en la zona.