El pasado lunes, 2 de mayo, se celebró el Día Mundial contra el Bullying. Es importante analizar que sabemos sobre esta problemática que toca de cerca a miles de niños y el rol de los padres y docentes para combatir los casos de violencia escolar.
El reconocimiento de este comportamiento de maltrato, que antes no era mencionado con este nombre, bullying, ha tenido -si se quiere- cierta “maduración” donde hoy, si bien queda mucho por hacer, los vientos de cambio que se dan en las sociedades modernas han hecho que se hable e individualice esta cuestión que genera muchos problemas en la salud mental de los niños. De hecho, hoy hay un nuevo protagonista para atender, que no existía en la época de Agustina, y que se llama redes sociales.
A partir del año 2013, el 2 de mayo fue establecido como el Día Mundial contra el Bullying, luego de una presentación en la Ciudad de Buenos Aires, del fundador de la ONG Internacional Bullying Sin Fronteras; que notificó a más de 10.000 organizaciones no gubernamentales de todo el mundo, con el objeto de concientizar sobre los riesgos del acoso escolar y los métodos para evitar la violencia en los centros educativos, y poder establecer un protocolo de actuación ante los casos.
En el año 2016, esta iniciativa fue aprobada por la UNESCO y posteriormente reconocida por los Parlamentos español y uruguayo, y el Senado argentino.
El bullying o acoso escolar es la forma de comportarse o dirigirse a otra persona, ya sea de forma verbal o física, causando un daño temporal o permanente en la víctima. Constituye un tipo de hostigamiento reiterativo de una o más personas hacia sus semejantes, en el cual la víctima sufre de amenazas, intimidación, manipulación e inclusive agresiones físicas. Es un enemigo silencioso que se nutre de la soledad, la tristeza y el miedo.
Un chico o una chica que padecen bullying o acoso escolar (una problemática que empieza a las 4 años y termina en la universidad), no rendirá lo suficiente en la escuela, colegio o universidad. Tendrá problemas de aprendizaje, sentirá la educación como una tortura cotidiana e incluso pensará en dejar de estudiar, dejar de comer y dormir y posiblemente, puede atentar contra su vida. Por eso es esencial que el padre o la madre o ambos, se pongan de su lado. De ese modo se rompe el primer círculo de ‘la soledad’. El chico o la chica ya no están solos frente al bullying. Un primer paso para enfrentarlo y vencerlo
El acoso es un tema serio. Algunos casos extremos de violencia escolar salen a la luz cuando se produjeron muertes. Niños que se suicidan porque no pueden soportarlo y otros que frente al acoso pueden reaccionar violentamente matando a sus compañeros como ocurrió en una escuela de Carmen de Patagones. La búsqueda de ayuda profesional es muy importante para que las consecuencias se minimicen.
Recomiendo que sus padres hablen con sus hijos. Es muy difícil que los nenes pidan ayuda cuando son tan chiquitos, porque les da vergüenza, no quieren decir nada, pero es fundamental hablar. El bullying puede generar grandes problemas psicológicos en las personas, ya sea en aquellas que tienen trastornos alimentarios o no. Hoy en día, yo me acuerdo de las situaciones que viví en el colegio y me sigue generando una sensación fea, y sigo teniendo sueños y sé que gran parte de lo que me pasó y mi autoestima, tienen que ver con el colegio. Es imperativo exigir a las empresas que llevan las redes sociales a que instalen seres humanos para recibir quejas y no robots. Que hagan lo necesario para eliminar a los ‘bots’ que viralizan cualquier tipo de ataque y que impongan restricciones inmediatas y por años, hacia aquellos y aquellas que hacen ciberbullying. Solo así será medianamente prudente y apenas seguro, estar dentro de una red social.
Javier Miglino – Abogado y experto en Derechos Humanos y Protección de la Niñez.