Por doctor Marcos Blas Valle Montenegro, especialista en Cardiología.
El reciente fallecimiento de Juan Izquierdo, defensor central de 27 años de Nacional de Montevideo, conocido por su robustez defensiva y capacidad en el juego aéreo, ha dejado una profunda huella en la comunidad futbolera. Izquierdo, que formaba parte del equipo en su lucha por avanzar en la Copa Libertadores, colapsó este 27 de agosto en pleno Morumbí mientras se jugaba el partido contra San Pablo, dejando sin palabras al mundo del fútbol.
Esta tragedia, lejos de ser la primera, nos recuerda la importancia de realizar estudios pre-participativos en atletas y también en cualquier persona que inicie o mantenga cualquier tipo actividad física. La muerte súbita relacionada al deporte es un evento catastrófico, poco frecuente, que puede prevenirse con evaluaciones cardiovasculares adecuadas.
Riesgo de muerte súbita en el deporte
La muerte súbita durante la actividad deportiva se define como aquella que ocurre dentro de la primera hora del inicio de los síntomas o hasta 24 horas post-ejercicio, se da aproximadamente en 1/50.000 atletas, es más común en varones jóvenes menores de 35 años. Las principales causas varían según la edad, en los más jóvenes se destacan: Enfermedades del musculo cardíaco, arritmias y anomalías de nacimiento, en los mayores de 35 años predomina la cardiopatía isquémica (flujo deficiente en las arterias del corazón).
Evaluación cardiovascular previa a la participación deportiva
La finalidad es identificar anomalías que puedan poner en riesgo al deportista durante la actividad física. En la misma se tiene en cuenta:
Historia clínica y examen físico: Se indaga sobre antecedentes familiares de enfermedades cardiacas, síntomas como dolor de pecho o palpitaciones durante el esfuerzo, también son importantes los factores de riesgo propios de cada persona como lo son La hipertensión arterial o el tabaquismo.
Electrocardiograma: Es la herramienta más accesible y efectiva para encontrar alteraciones del ritmo cardíaco o hipertrofias del corazón (aumento del tamaño del musculo cardiaco). Un electrocardiograma anormal puede indicar la necesidad de realizar estudios complementarios.
Prueba de esfuerzo o ergometría: Firmemente recomendado en mayores de 35 años o deportistas con factores de riesgo, ayuda a detectar arritmias o falta de riego sanguíneo en las paredes del corazón que son inducidas por el ejercicio.
Ecocardiograma: No forma parte de los estudios iniciales en deportistas asintomáticos, pero es de suma utilidad en casos donde se sospechan enfermedades del musculo cardiaco.
El caso de Juan Izquierdo, un tirón de orejas a la comunidad deportiva y médica.
Izquierdo sufrió un paro cardíaco durante el partido a partir de una arritmia cardíaca. A pesar de ser atendido rápidamente, su cuadro empeoró debido a un compromiso cerebral y aumento de la presión intracraneal.
Este tipo de situaciones podrían llegar a prevenirse, en algunos casos, con un chequeo cardiovascular adecuado, el cual nos permite detectar problemas cardíacos antes de pasar a problemas mayores.
En conclusión, la prevención es clave para evitar tragedias como la de Juan Izquierdo. La evaluación cardiovascular antes de empezar cualquier tipo de actividad física es fundamental, tanto para deportistas profesionales como para la población en general. Además, si combinamos estas medidas preventivas con educación en maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) y el uso de desfibriladores automáticos (DEA) en lugares de práctica deportiva podemos salvar vidas.
No hay excusa para no cuidar nuestro corazón antes de salir a la cancha.
