Hoy, en muchos países del mundo, se celebra la llegada de los Reyes Magos. Esta tradición nació en el Evangelio de San Mateo que, en principio, era el único libro que los nombraba. Originalmente no se especificó cuántos eran, sus nombres o incluso si eran reyes. Sí se decía que eran magos que venían de Oriente y que traían regalos para Jesús y que se guiaron por una estrella.
Las tradiciones que comenzaron a aparecer con el paso de los años, como dejarle pasto y agua a sus camellos además del calzado, surgieron a partir de la literatura y la ficción.
La historia varía dependiendo de la época en la que se la cuenta. En el siglo III se hablaba de dos, en el IV se trataba de cuatro e incluso la iglesia siria y armenia contaban 12, la misma cantidad que los apóstoles. En el siglo IV se determinó que se trataban de tres y se cree que esto se debe a los tres continentes que se conocían en ese momento (África, Europa y Asia).
Sus nombres aparecieron a mediados del siglo VI gracias a la iglesia de San Apolinar Nuovo, en Rávena, Italia. Allí es donde se los llamó Melchor, Gaspar y Baltasar que son los equivalentes en griego a Appellicon, Amerín y Damascón y en hebreo a Magalath, Serakin y Galgalath.