Por Gustavo Ariel González. Profesor de Educación Física. Entrenador de Atletismo IAAF Nivel II World Athletics. Técnico nacional de Atletismo de la FA.DE.PAC. Entrenador Paralímpico de Excelencia por el ENARD y la Secretaría de Deportes de la Nación. Autor del libro «Dis-Capacidad».
La intención de este artículo es precisamente entender y potenciar a las personas con discapacidad a partir de las capacidades, de lo que sí pueden hacer y lograr, permitiendo de esta manera desarrollar al máximo las potencialidades que cada uno posee.
El paradigma de la discapacidad fue cambiando con el transcurso del tiempo tanto en lo deportivo como en lo educativo. Desde lo deportivo, a partir de los juegos Paralímpicos de Beijín 2008, llamados “los Juegos de la no Discriminación “, hubo un crecimiento sustancial desde el rendimiento, la tecnología, el impacto social y se comenzó a ver al atleta con discapacidad como los deportistas que realmente son.
Desde lo educativo, se habló primero del estudiante con discapacidad en la escuela especial, del estudiante integrado y hoy de proyectos inclusivos. Desde la perspectiva de la discapacidad, nos encaminamos desde hace muchos años hacia un horizonte en el que podamos dar respuestas a las diversas necesidades de todos y cada uno de nuestros estudiantes, sin estigmas, ni etiquetamientos. Tanto es así que la convención internacional de los derechos para la personas con discapacidad ha propuesto el actual modelo inclusivo como parte de un proceso para democratizar la educación.
Cuando hablamos de inclusión nos referimos a que los estudiantes de cualquier comunidad compartan experiencias desde sus singularidades y sus diferencias, sin ningún prejuicio respecto de sus condiciones, sus culturas o las situaciones en las que están inmersos.
En este sentido, desde mi punto de vista ideológico, es precisamente entender a las personas con discapacidad desde la perspectiva de la capacidad, para desarrollar al máximo las potencialidades de nuestros estudiantes.
Discapacidad y capacidad dos palabras que se van a convertir en un camino de exploración. En mi caso, como docente de Educación Física y desde el atletismo como deporte inclusivo y de convivencia, nos permitirá como docentes buscar las estrategias de intervención para desarrollar al máximo las potencialidades de nuestros estudiantes y atletas.
Desarrollo del atleta con parálisis cerebral hacia el alto rendimiento
La formación deportiva de un atleta con parálisis cerebral es un proceso a largo plazo. Es imprescindible para llevar a cabo este proceso, respetar las características, edades y etapas desde sus comienzos, hacia el máximo o alto rendimiento.
Las fases sensibles, sensitivas, críticas son etapas de mayor adaptación para las capacidades de condición física y coordinación. Estos periodos son favorables y son aspectos a tener en cuenta como docente para el desarrollo deportivo de nuestros alumnos con parálisis cerebral.
La detección de un alumno con parálisis cerebral puede ser por medio de un diagnóstico médico, pero también nos encontramos con alumnos en escuelas convencionales que ni ellos, ni nosotros como docentes, sabemos que tienen una lesión cerebral.
La etapa que va de 0 a 3 años, la que llamamos en una época Estimulación Temprana y hoy se conoce como Atención Temprana del Desarrollo Infantil (ATDI), donde ya podemos detectar al niño con parálisis cerebral.
El concepto de ATDI partió de la oferta educativa para niños que presentan algún tipo de discapacidad; por lo que se orienta sobre todo los fines rehabilitadores.
Los objetivo son principalmente prevenir alteraciones en el desarrollo y potenciar las habilidades que tengan los niños. La herramienta fundamental es prevenir mediante el juego, para que no tengan problemas en el desarrollo.
El paradigma de la educación fue cambiando con el transcurso del tiempo.
Es no menor hacer mención, que la convención internacional de los derechos de las personas con discapacidad, al nuevo modelo de escuelas inclusivas. Hoy hablamos de proyectos inclusivos como proceso de democratización de la educación. Las prácticas atléticas y el atletismo además de ser un generador social, son una herramienta de inclusión social y de convivencia.
La inclusión supone precisamente que los estudiantes de cualquier comunidad compartan experiencias desde sus singularidades y sus diferencias, sin ningún prejuicio de condición, cultura o situación más que la de ser un niño, un adolescente o un joven… aprendiendo con otros.
Por lo tanto el horizonte al cual nos encaminamos desde hace muchos años y hoy desde la perspectiva de la discapacidad que pueda dar respuesta a las diversas necesidades de todos y cada uno de los alumnos, sin estigmas ni etiquetamientos.
La etapa preescolar y de la escuela primaria va a ser una herramienta de detección y es en el patio de la escuela por donde pasan la mayoría de estos chicos que tienen una lesión cerebral. El desafío nuestro como docentes, conociendo las características topográficas y afecciones, es detectar al alumno y buscar las estrategias de intervención para el desarrollo de su motricidad.
En la escuela los dos estímulos semanales nos permitirán trabajar en la corporeidad y motricidad del alumno con parálisis cerebral. Parte de la intervención pedagógica, del profesor de educación física en la escuela, consiste en insertar a estos chicos a la práctica deportiva en escuelas integrales deportivas con orientación al atletismo. La continuidad con
tres o cuatro estímulos semanales, nos permitirá hablar de desarrollo de las habilidades motoras básicas y específicas. La continuidad con tres o cuatro estímulos semanales, nos permitirá hablar de desarrollo de las habilidades motoras básicas y específicas.
Viendo el contexto global en lo que refiere al abordaje de niños y jóvenes con parálisis cerebral, se debe destacar que el deporte y las prácticas atléticas acompañan al proceso de rehabilitación del sistema de salud desde el área de kinesiología, fonoaudiología, terapista ocupacional y demás. El trabajo interdisciplinario nos permitirá mejorar la funcionalidad, reducir la afección, calidad de vida y desarrollo motriz del niño con parálisis cerebral.
Tenemos que insistir en esta etapa en la necesidad de la creación de las escuelas de iniciación a las prácticas deportivas con orientación en el atletismo en municipios, centros de educación física o emprendimientos privados. Soy un convencido que las prácticas atléticas además de ser un generador social, es son una herramienta de inclusión social.
En el inicio a la especialización durante la primera fase de 12 a 15 años, hacemos referencia al desarrollo multilateral con una frecuencia de 3 a 4 estímulos semanales. El objetivo general es la formación psicomotora de base, ya que es el momento donde se desarrollan con mayor intensidad las capacidades coordinativas y condicionales. En este periodo entre los 12 y 13 años se alcanzan los niveles elevados de movimiento, disminuyendo a los 14 años por disminución funcional de los analizadores del movimiento, debido al inicio de la segunda fase de excitabilidad cortical. Es importante en La parálisis cerebral hacer hincapié a la incorporación de elementos técnicos para llegar a la técnica y entender que esta etapa presenta como capacidad condicional, ligada a la velocidad, la fuerza-velocidad.
En esta segunda fase entre los 15 a 18 años con una frecuencia semanal de 5 a 6 estímulos semanales con una duración de alrededor de dos horas. El l objetivo es desarrollo técnico y la especialización, pueden utilizarse los mismos medios y métodos de los atletas adultos.
El aprendizaje, práctica y adquisición de habilidades durante el desarrollo mejora la capacidad analítica y confiabilidad en los circuitos sensitivos. Esta consecuencia fisiológica deriva de la mejora de la exactitud, confiabilidad y acortamiento de tiempo de accesos a circuitos apropiados mediante la selección de grupos neuronales durante los procesos de modulación.
De acuerdo a nuestros atletas de parálisis cerebral y el trabajo con atletas juveniles, la etapa de elaboración del rendimiento tiene lugar entre los 17 y 20 años para varones y 16 y los 19 en mujeres. La tarea principal en esta etapa consiste en sacar provecho de las capacidades físicas y técnicas de los atletas. Lo fundamental de esta etapa es el entorno y la aptitud del atleta para apuntarlo hacia el máximo rendimiento un periodo de cuatro años que va entre los 18 y 22 años.
La etapa del alto rendimiento de acuerdo a la experiencia real con mis atletas, estamos hablando de 12 años de trabajo que comienza con una primera etapa, la de máximo rendimiento y dos ciclos de alto rendimiento. El objetivo principal consiste en alcanzar el alto rendimiento y mantenerlo tanto tiempo como sea posible. Se pone énfasis en la preparación psicología, técnica, física y un complejo control sobre los procedimientos del entrenamiento.
Nuestros atletas varones han logrado su máximo nivel de rendimiento a los 26 años y las mujeres entre los 23 a 25 años logrando mantenerse en este alto nivel. Estamos hablando de atletas que lograron participar en tres ciclos paralímpicos, mantenerse y apuntar a un cuarto ciclo paralímpico.
En mi experiencia profesional a cargo de la Selección Nacional de Atletismo con Parálisis Cerebral, el periodo de “alto rendimiento” se extiende durante 12 años posteriores a los cuatro primeros que llamamos “etapa de elaboración del rendimiento”. La etapa de elaboración del rendimiento tiene lugar entre los 17 y 20 años para varones y 16 y los 19 en mujeres. La tarea principal en esta etapa consiste en identificar y potenciar las capacidades físicas y técnicas de los atletas. El foco del trabajo de entrenamiento se instala en generar las condiciones tanto en el entorno como en la aptitud deportiva del atleta apuntando hacia el máximo rendimiento.
En la siguiente etapa, del “alto rendimiento” con una duración total de 12 años divididos en una primera fase Nuestros atletas varones han logrado su máximo nivel de rendimiento a los 26 años y las mujeres entre los 23 a 25 años logrando mantenerse en este alto nivel. Estamos hablando de atletas que lograron participar en tres ciclos paralímpicos, mantenerse y apuntar a un cuarto ciclo paralímpico de máximo rendimiento y continuada por dos ciclos de alto rendimiento, se pone énfasis en la preparación psicología, técnica, física y un complejo control sobre los procedimientos del entrenamiento con el objetivo principal consiste en alcanzar el alto rendimiento y mantenerlo tanto tiempo como sea posible.