Nota de opinión por Roli Aloisi
Estamos asistiendo a un año electoral que está frente a nuestras narices y los políticos despliegan en donde pueden todas sus acciones y gestos de caras a las elecciones de agosto y octubre.
En medio de este escenario y de una crisis económica importante que afecta a la clase media y baja del país, el tema llamado “la grieta” es casi una constante en esta Argentina.
Si el kirchnerismo generó la grieta con su llamado “relato”, no es menos cierto que amplios sectores de Cambienos, la coalición que gobierna el país, la fomenta por razones vinculadas a mantener posibilidades electorales.
Quiero puntualizar el éxito de los políticos que fomentan la grieta y de aquellos, que si bien a otro nivel del manejo del Estado, no hacen de la llamada “grieta” su accionar diario.
Cuando Cristina Fernández era presidente en ejercicio, su tono personalista, principalmente en sus largas cadenas nacionales, colocaba a todos aquellos sectores que no comulgábamos con sus políticas como contrarios a los intereses de la mayoría del pueblo argentino. Como resultado, terminó su mandato con altos índices de pobreza, con altos niveles de inflación y con una sociedad dividida.
La llegada de Macri y sus magros resultados gestionando el Estado, llevaron a incrementar la pobreza, a tener inflación alta y un estancamiento de la economía que no hay que describirlo, pues la realidad habla por sí misma.
Ambos, Macri y Cristina, necesitan un enemigo enfrente, para no tener que hablar de las cuestiones concretas que afectan al país y que ellos no supieron solucionar.
Cristina nos hablaba de los “destituyentes” y Cambiemos también habla de “desestabilizadores”. Ante la falta de resultados ambos crean fantasmas en pos de hacer la grieta una cortina que tape los problemas reales.
A esta altura, nadie le pediría al presidente que arregle los graves problemas con que recibió el país, pero al menos se le puede reclamar que no los agrave.
Desde mi punto de vista, un gobierno se mide por sus resultados y los de Cristina antes y los del Macri hasta este mes de mayo, no han sido positivos.
Los intendentes con logros
Facundo López, Juan José Fioramonti y Miguel Gargaglione, son tres intendentes de nuestra región que provienen de distintas fuerzas políticas y a diferencia de lo que pasa con Cristina y Macri, en sus gestiones tienen resultados positivos para sus comunidades.
El jefe comunal de Necochea recibió un municipio caótico y a pesar de ello, en ese partido se ven obras y realizaciones. Pavimento, maquinarias, excelente política de Turismo, innovadora movida cultural y mejoras en el área de la Salud indican un avance en el accionar municipal.
En el caso de Lobería, las obras están a la vista. Pavimento, luminarias, viviendas, una sana administración y un intendente que trata a todos por igual, también muestran una Municipalidad mejor.
Miguel Gargaglione en San Cayetano ha demostrado con obras, creatividad y que gestionando con sentido común, las ciudades, aún pequeñas, pueden ofrecer buena calidad de vida para sus vecinos.
Ninguno de estos tres intendentes habla del pasado. Facundo López en Necochea no habla del desastre que le dejó Horacio Tellechea y Vidal en Necochea.
Juan José Fioramonti no habla de la herencia que le dejó Diana Argüello, y Gargaglione, si bien con más años en el poder, tampoco habló de lo que recibió de las administraciones anteriores.
Para resumir, estos tres intendentes de origen político distinto no hablan del pasado porque a diferencia de Macri tienen logros para mostrar.
Estoy seguro que si Macri los tuviera tampoco hablaría de Cristina.
La “grieta” le sirvió en un pasado a Cristina y en el presente a Macri. Prefiero los logros y la sana convivencia que proponen López, Fioramonti y Gargaglione.