Luces y colores, los protagonistas del desfile inaugural del Festival Infantil

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Junto a otras áreas municipales y diversas instituciones que se sumaron desinteresadamente para colaborar, Cultura sigue preparando los detalles del evento que dará inicio a la única fiesta nacional dedicada a los más pequeños.

Cada vez falta menos. El inicio de la edición quincuagésima séptima del Festival Infantil está a la vuelta de la esquina y, por ello, en el Centro Cultural Municipal de Necochea se redoblan los esfuerzos para que todo esté listo a tiempo.

Y como cada año, miles de niños palpitan esperando que comience el evento que dejará inaugurada la celebración: el desfile artístico.

Desde el 4 y hasta el 7 de enero, la temática elegida para estos festejos girará en torno al “Universo” y, apoyándose en la experiencia próxima anterior, que fue muy bien recibida por el público además de muy vistosa, se pretende crear un show con luces cuando la noche comience a caer.

Para ello, en los galpones de la Escuela de Arte ya se avanza en el armado de las estructuras que darán colorido al espectáculo y serán sostén de las performances artísticas que se vallan desarrollando a su alrededor.

En ese lugar, Ariel Espósito, uno de los encargados de llevar adelante esta tarea, dejó ver que ya se está trabajando en el armado de un platillo volador y de una nave espacial pero advirtió: “Hay que ir a ver el desfile para saber de qué se trata”.

Además, adelantó que, “básicamente, son cuatro o cinco estructuras grandes y alrededor va a girar toda una performance con trajes y luces” y explicó que “no fue tan fácil tomar las decisiones porque, a pesar de que es mucho lo que se puede jugar con el universo, nos limita bastante llevarlo a lo tridimensional. Queremos que tenga un cierto sentido, que no sea solo una acumulación de cosas”.

Aunque el trabajo es muy fuerte, sobre todo durante el mes previo al comienzo del Festival, Ariel también contó que se hace con mucha alegría, sabiendo quiénes serán los destinatarios finales de tanto esfuerzo. “La idea es ir disfrutando cada momento”, dice.

También es cierto, que “ahora estamos bastante tensionados con el tema de los tiempos y durante el desfile viendo que no falle nada, que todo salga bien. Pero cuando pasa lo empezamos a disfrutar y ver cuáles son las cosas que fallaron o que podemos mejorar”.

Los trabajos siguen y  cada vez son más arduos. Pero en el Centro Cultural todos se esfuerzan el doble y el entusiasmo aumenta. Todos. Porque tienen una misión en común: despertar una sonrisa en cada uno de los niños que tengan la oportunidad de participar y que el Festival vuelva a ser una fiesta para la ciudad.