Por Érica Bianquet, licenciada en Nutrición (MP 1282), integrante de la comisión de Comunicación del Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires.
En un mundo cada vez más acelerado, precipitado y estimulante, las bebidas energizantes son un fenómeno global, que se convirtieron en una opción tentadora para quienes buscan un impulso de energía. Sin embargo, su consumo excesivo puede tener graves consecuencias para la salud.
En Argentina, el consumo de bebidas energizantes ha aumentado considerablemente en los últimos años, según datos de la Cámara de Fabricantes de Alimentos Dietéticos y Afines (CAFADyA). Se calcula que se consumen unos 125 millones de latas al año, especialmente entre jóvenes y deportistas.
Las bebidas energizantes son a base de agua y aditivos. La mayoría de ellas, sin importar la marca, con una alta concentración de cafeína como estimulante. Por eso consumirlas en exceso pueden ser perjudiciales para la salud. Creemos que para los adolescentes no existe la percepción de que son perjudiciales o al menos no tanto como otras sustancias, como el alcohol. Incluso muchos de ellos las consideran bebidas hidratantes y no lo son.
Además de la cafeína, estas bebidas contienen altas cantidades de taurina y otros estimulantes. El consumo excesivo de estos ingredientes puede provocar una serie de efectos adversos, como: aumento de la presión arterial, taquicardia, arritmia cardíaca, problemas de sueño, irritabilidad, angustia y depresión, entre otros.
Asimismo, la alta cantidad de cafeína podría provocar un aumento de la diuresis. El consumo de los energizantes inhibe los neurotransmisores responsables de transmitir la sensación de cansancio y potencia un aumento de energía y concentración. Por eso es atractiva entre los estudiantes, conductores, deportistas y gamers.
La nutricionista señaló que “como profesionales de la salud no recomendamos esta bebida en un plan alimentario, pero si la persona manifiesta consumirla no se puede desatender. Entonces pautamos ciertas indicaciones. Una de ellas es no mezclarla con alcohol y evitar el consumo en los menores de 18 años, las personas embarazadas y con cardiopatías preexistentes, entre otras.
En ese sentido, resulta clave la educación alimentaria, ya que los sellos de advertencia con la leyenda exceso de cafeína no son suficientes a la hora de tomar conciencia de la potencial peligrosidad que podría desencadenar un consumo excesivo y frecuente de energizantes.
La publicidad de las bebidas energizantes suele ser engañosa y por lo general la recomiendan influencers a través de las redes sociales. El marketing escapa de los formatos tradicionales y se presenta a estas bebidas como un producto seguro y saludable, cuando en realidad pueden ser muy peligrosas.
Es importante que los consumidores estén informados sobre los riesgos del consumo de bebidas energizantes. Por eso, para evitar los riesgos del consumo de bebidas energizantes, el Colegio de Nutricionistas bonaerense recomienda: limitar su consumo, evitar mezclarlas con alcohol y no consumirlas si la persona es menor de 18 años, está embarazada o tiene problemas de salud.