De una primera lectura de los resultados nos parece relevante resaltar:
1. Es probable que todos los indicadores de riesgo se vean afectados negativamente. Y aunque el Banco Central sigue teniendo un importante instrumental para limitar esas consecuencias negativas hay que tener en cuenta que este resultado se da en un muy mal momento para el riesgo emergente en general.
Tal como informó el Instituto Internacional de Finanzas, los flujos de capitales hacia mercados emergentes se dieron vuelta rápidamente a principios de la última semana mostrando una altísima sensibilidad con una salida cercana a los USD 8.000 millones en tres días. El contexto internacional ha venido jugando en contra del apetito por los activos de mayor riesgo y entonces lo acontecido este domingo no ayuda.
2. No puede pasarse por alto que los últimos datos de actividad económica han mostrado que la recesión se alarga en el tiempo. Sólo unos pocos indicadores mostraron datos positivos en junio. Y no puede esperarse nada distinto en términos de lo que ha venido aconteciendo en materia de disponibilidad y costo del crédito. Por lo que, más allá de los esfuerzos del Gobierno por impulsar el consumo, en el mejor de los casos sólo se puede aspirar a que la actividad económica se mantenga en los niveles actuales sin dar señales inequívocas de recuperación.
3. La inflación de julio habría seguido por encima del 2% mensual. Y cualquier depreciación del peso podría volver a impulsarla de nuevo hacia los umbrales del 3% mensual.
4. No fue suficiente con estabilizar el dólar los últimos meses. El mercado le bajó el pulgar al gradualismo el año pasado y el Gobierno intentó reformular la política económica anti-inflacionaria, pero lo hizo apostando de nuevo a un programa de estabilización sin cambio de régimen no integral ni shock de expectativas. El cansancio del electorado con el ajuste por el momento parece pesar más que sus recuerdos y su valoración del lado oscuro del populismo peronista.
El cansancio del electorado con el ajuste por el momento parece pesar más que sus recuerdos y su valoración del lado oscuro del populismo peronista
5. El Presidente sostuvo al reconocer la derrota, lejos de hacer autocrítica, que estaba conforme con los resultados de su política económica y que la economía estaba mejorando. No parece que este sea el mejor camino para mejorar ni las perspectivas del país ni sus perspectivas electorales aunque para esto luce un poco tarde.
Demanda de propuestas concretas
Así las cosas, una de las consecuencias de este resultado y de la mayor incertidumbre que producirá en los mercados será una mayor demanda hacia los dos candidatos pero sobre todo hacia el que ahora luce con más chances de ganar para que aclare cuáles serán los principales lineamientos económicos de su gestión.
Porque ambos necesitarán de una macro estable y de una economía que luzca con chances de volver a crecer y pronto para poder cubrir las necesidades de financiamiento del Tesoro nacional, que para 2020 exceden los USD 20.000 millones.
El Presidente como su potencial sucesor inmediato necesitarán de una macro estable y de una economía que luzca con chances de volver a crecer y pronto para poder cubrir las necesidades de financiamiento del Tesoro nacional, que para 2020 exceden los USD 20.000 millones
De todas maneras, que esa mayor demanda exista no significa que los candidatos estén dispuesto a satisfacerla.
Posibles reacciones del electorado
Sobre la pregunta de si el Gobierno está en condiciones de revertir el resultado, flota en el aire la hipótesis de «cuánto peor mejor», o sea que el mal resultado podría generar un temor tal que muchos votantes que no votaron por el oficialismo ahora sí lo harían.