Por Miguel Fernández, periodista especializado en automovilismo, conductor de Fuerza Limitada.
Hoy vemos con agrado como ha llegado Franco Colapinto a la máxima categoría del automovilismo y la gran mayoría desconoce el tiempo, esfuerzo, desarraigo y la tremenda fuerza de voluntad que se necesita, para llegar a este sitio.
Con 9 años de edad, ya comenzó a desarrollarse en el Karting e inmediatamente lucirse en las diferentes categorías, se lució en los Juegos de la Juventud en 2018 y con solo 14 años se fue a Italia a vivir arriba de la fábrica y allí se hizo conocer en el karting europeo.
Muchas privaciones, además de continuar sus estudios y el aprendizaje de idiomas: su fuerte, el italiano e inglés.
De allí su salto fue al incipiente equipo de Fernando Alonso en la Fórmula 4 española, dándole los primeros palmarés y de allí en adelante fue un paso continuo a monopostos de buen prestigio, haciendo experiencia, que posteriormente lo hizo lucir en la Fórmula 3 y esta temporada en la Fórmula 2.
Mucho se debió esperar, para que un piloto argentino se sentara en un Fórmula 1.
Franco lo ha logrado a pleno esfuerzo, sacrificio, conducta y un perfil sumamente humilde, algo que las empresas han mirado con buenos ojos.
Solo nos resta disfrutar nuevamente a un piloto argentino representándonos.