«Tras el alerta de varios vecinos de la ciudad, en inmediaciones de paraje Karamawi nos visitó un «Lobodon carcinophagus», aparentemente descansando y con buen estado de salud a pesar de una mordedura que posee en su lomo» comenzó relatando Carlos Leo, un especialista en este tipo de animales y apasionado por la fauna.
Leo explicó que «estos mamíferos marinos habitan en la zona de aguas muy frías, Antártida, también en Nueva Zelanda y Australia entre otros. Es un carnívoro muy rápido en su medio. Su existencia data de millones de años y viven entre 25 y 30 años. En invierno su pelaje es de color gris oscuro, mientras que en el verano es claro blancusco. Comen Krill antártico, de ahí su dentadura no muy desarrollada, pero si nos muerde tendríamos un serio problema».
A través de sus redes sociales, Leo manifestó que «su cicatriz proviene de alguna pelea con un par o colisión con alguna embarcación. Me inclino por lo primero. Según versa el Protocolo Azul: hay que realizar un cuadrilátero para evitar molestarlo y que puedan reaccionar, son muy cascarrabias. No darles de comer, no molestarlo, no acercarse, no instarlo a regresar al mar, no alterar su paso libre hacia el mar».
El ambientalista contó que «mucha gente respetuosa que ante la explicación de quien suscribe acató los consejos vertidos, no así una señora al cual responde con improperios».