¿Quemar grasa abdominal a través de la comida? Parece una paradoja, pero según la nutricionista Emma Haak existen algunos alimentos que permiten que tal fenómeno suceda. Normalmente nunca te molestas en contar las calorías de lo que comes, hasta que te pones a dieta. De pronto todo cuenta: te obsesionas tanto con la idea de qué puedes o no consumir, a qué horas y qué cantidad de raciones debes servirte y analizas constantemente si tu dieta está o no funcionando. Al final te pasas el día pensando en comer. Y tienes hambre.
Ciertos productos pueden ayudar a controlar esos kilos de más acelerando el metabolismo. El secreto está en el así llamado efecto termogénico, es decir, el coste calórico para nuestro cuerpo de procesar los diferentes nutrientes de nuestra dieta. Cuanto más difícil de digerir es el alimento, más calorías quemaremos a la hora de asimilarlo.
Este efecto de los alimentos depende directamente del tipo de comida y de las cantidades ingeridas. Según Haak, añadiendo algunos alimentos específicos a una dieta equilibrada se puede crear todo un programa para tener el vientre plano. Entre ellos se incluyen las posibilidades que a continuación te mostramos.
Lentejas
Si no las quieres, las dejas, dirían nuestras abuelas. Quizá cuando leas lo bien que vienen para perder peso, las querrás siempre. Los estudios han demostrado que las legumbres reducen el riesgo de enfermedades isquémicas y cáncer colorrectal, controlan la hipertensión arterial y favorecen la pérdida de peso. Se puede escribir más grande, pero no más claro: las legumbres adelgazan, porque su contenido en grasas está en torno al 3%. 100 gramos de lentejas cocidas, por ejemplo, aportan la irrisoria cantidad de 150 calorías.
Están cargadas de fibra soluble. Aunque todas las legumbres son buenas fuentes, estas, junto con los guisantes, están en el podium, ayudando a la digestión. Por cada diez gramos adicionales de este tipo de fibra que comieron en el estudio, perdieron un 3.7% de grasa visceral (la que envuelve a los órganos) en cinco años. Además, los que no realizaron deporte moderado en sus rutinas, mantuvieron el doble de grasa abdominal que los que sí lo hacían.
¿Quemar grasa abdominal a través de la comida? Parece una paradoja, pero según la nutricionista Emma Haak existen algunos alimentos que permiten que tal fenómeno suceda. Normalmente nunca te molestas en contar las calorías de lo que comes, hasta que te pones a dieta. De pronto todo cuenta: te obsesionas tanto con la idea de qué puedes o no consumir, a qué horas y qué cantidad de raciones debes servirte y analizas constantemente si tu dietaestá o no funcionando. Al final te pasas el día pensando en comer. Y tienes hambre.
Dos nuevos ejercicios que queman grasa muy rápido
Ciertos productos pueden ayudar a controlar esos kilos de más acelerando el metabolismo. El secreto está en el así llamado efecto termogénico, es decir, el coste calórico para nuestro cuerpo de procesar los diferentes nutrientes de nuestra dieta. Cuanto más difícil de digerir es el alimento, más calorías quemaremos a la hora de asimilarlo.
Este efecto de los alimentos depende directamente del tipo de comida y de las cantidades ingeridas. Según Haak, añadiendo algunos alimentos específicos a una dieta equilibrada se puede crear todo un programa para tener el vientre plano. Entre ellos se incluyen las posibilidades que a continuación te mostramos.
Lentejas
Si no las quieres, las dejas, dirían nuestras abuelas. Quizá cuando leas lo bien que vienen para perder peso, las querrás siempre. Los estudios han demostrado que las legumbres reducen el riesgo de enfermedades isquémicas y cáncer colorrectal, controlan la hipertensión arterial y favorecen la pérdida de peso. Se puede escribir más grande, pero no más claro: las legumbres adelgazan, porque su contenido en grasas está en torno al 3%. 100 gramos de lentejas cocidas, por ejemplo, aportan la irrisoria cantidad de 150 calorías.
Están cargadas de fibra soluble. Aunque todas las legumbres son buenas fuentes, estas, junto con los guisantes, están en el podium, ayudando a la digestión. Por cada diez gramos adicionales de este tipo de fibra que comieron en el estudio, perdieron un 3.7% de grasa visceral (la que envuelve a los órganos) en cinco años. Además, los que no realizaron deporte moderado en sus rutinas, mantuvieron el doble de grasa abdominal que los que sí lo hacían.
Pimientos
Los jóvenes con sobrepeso que los incluyeron en su dieta tuvieron un 17% menos de grasa abdominal que los que no lo comieron, según un estudio publicado en ‘Journal of The Academy of Nutrition and Dietetics’. Cualquiera de los tres tipos, rojos, amarillos o verdes deben estar en tu lista de la compra.
Son ricos en licopeno, un pigmento vegetal natural del grupo de los carotenoides, con propiedades antioxidantes, que según demuestran varios estudios científicos recientes protege a las células del estrés oxidativo y previene el cáncer de próstata. Las personas con anemia pueden beneficiarse considerablemente del consumo de pimientos rojos, según un trabajo que publicaba The American Journal of Clinical Nutrition. Gracias a su alto contenido en vitamina C, esta verdura favorece la absorción del hierro de los alimentos en el tubo digestivo.
Los pimientos rojos contienen vitamina B6 y magnesio. Y esta combinación reduce la ansiedad y el insomnio. Además, la vitamina B6 es un diurético natural, por lo que incluir este alimento en la dieta contribuye a evitar la hipertensión. A esto se suma que una dieta rica en luteolina reduce la inflamación relacionada con la edad en el cerebro y los déficits de memoriavinculados al envejecimiento, tal y como aparecía publicado en ‘Journal of Nutrition’.
Arroz integral
Las personas que participaron en el estudio y que ingirieron este alimento tenían un 10% menos de tejido adiposo visceral que aquellos cuyas dietas incluían muy pocos granos enteros. Busca porductos que digan 100% de trigo integral o 100% de grano entero en el envase, nada de multrigrano o solo integral, ya que a menudo contienen harinas refinadas.
Es el más equilibrado. Se cultiva en China desde hace unos siete mil años y es el segundo cereal más consumido en el mundo después del trigo. Es una fantástica fuente de energía: aporta hidratos de carbono complejos, que proporcionan glucosa de manera muy rápida y sostenida en el tiempo, manteniendo así constantes los niveles de azúcar en sangre. Esto, que puede parecer una tontería, es una cualidad básica de este cereal, fundamental para los diabéticos.
Durante muchos años ha sido un tema polémico, ya que se ha considerado que los hidratos de carbono en general, y los cereales en concreto, provocaban desequilibrios en el nivel de azúcar. Y tenían razón, ya que los estudios se hacían con hidratos simples, como el azúcar blanco, y con cereales refinados, como el arroz blanco, de escaso valor nutricional. Los últimos estudios, sin embargo, han llegado a la conclusión de que los hidratos de carbono complejos, y en especial el arroz integral, producen el efecto beneficioso que explicábamos.
Es beneficioso para el sistema nervioso: según la medicina asiática, el arroz integral tiene efectos calmantes. Traducida en términos de medicina occidental, esta propiedad puede estar relacionada con las vitaminas del grupo B y los minerales que contiene. También fortalece el páncreas y el bazo, expulsa toxinas y puede usarse en casos de diarrea y náuseas y para combatir los efectos de la diabetes.
Col rizada
Los investigadores rastrearon las dietas y la grasa abdominal de más de 100 mujeres premenopáusicas durante un año. Los científicos encontraron que por cada cien mg de calcio que las mujeres comían por día, perdieron 3 cm de la grasa saturada que las que no recibieron tanto calcio.