A modo de tilde, una gaviota realizada en conjunto por los artistas Hernán Ricaldoni y Matías Maidana terminó de complementar a las letras corpóreas que precisan el nombre de la ciudad, sobre la costa y con una vista única e inigualable del mar y las escolleras.
Para dar por terminada la intervención artística realizada en las letras corpóreas gigantes que lucen el nombre de la ciudad de Quequén, en plena costanera y con una vista inigualable de las playas y las escolleras, se colocó sobre la última “e” una gaviota moldeada en acero inoxidable que cumple la función de tilde para acentuar la palabra en su última consonante.
Además de la propia belleza que ofrece esta escultura a su entorno, por su realismo algunos vecinos y turistas han confundido la pieza con una verdadera ave posada sobre las estructuras de hormigón, otorgando un tinte aún más pintoresco al trabajo.
Los autores de esta propuesta y su realización fueron los artistas Hernán Ricaldoni, a cargo también del diseño visual de las letras y su ya característico colorido, y Matías Maidana, un herrero que terminó de dar las puntadas a las soldaduras de la estructura.
“La idea era no hacer un acento de hormigón sino algo distinto”, señaló el primero, detallando sobre la gaviota que “está diseñada en acero inoxidable para que resista el embate del agua y las condiciones de salinidad”.
Vale destacar que la instalación de estos enormes signos, ubicados en plena Avenida 502, se produjo en el marco del plan de embellecimiento y remodelación integral de esta arteria, impulsado desde la gestión del intendente Arturo Rojas para mejorar el aspecto de la costanera y recibir al turismo mostrando una cara renovada de la ciudad.
Una obra de similar envergadura, pero aún con detalles por definir -por ejemplo, la colocación de vegetación o decks de madera que terminen de definir su identidad-, ya se puede disfrutar también en los acantilados de Necochea, en un sector ubicado sobre la playa a la altura de la Avenida Pinolandia.