Por María Eugenia Rimoldi, licenciada en Nutrición (MP 2619) matriculada en el Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires.
En Argentina, 13 de cada 100 personas mayores de 18 años tienen diabetes miellitus, según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, y dado que por varios años la enfermedad es asintomática, la mitad de las y los diabéticos desconocen su condición, informó la Federación Argentina de Diabetes en mayo pasado.
La diabetes es una enfermedad que se caracteriza por presentar niveles altos de azúcar en sangre, hiperglucemia, que cuando se sostienen en el tiempo pueden dar lugar a complicaciones en diferentes órganos. Esta es una enfermedad crónica, es decir, que acompaña toda la vida a la persona que la padece.
Con un seguimiento y tratamiento adecuado se pueden prevenir complicaciones y llevar una vida normal, sin embargo, la diabetes mal controlada es una causa importante de ceguera, insuficiencia renal, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y amputación de los miembros inferiores.
Existen dos categorías de diabetes: de tipo 1 y de tipo 2. También está la diabetes gestacional, que tiene la particularidad de comenzar y culminar con el embarazo. El tipo 2 es la forma de diabetes más común ya que afecta a entre el 85 y el 90 por ciento de los diabéticos, presentándose en mayor frecuencia entre los 30 y los 40 años, aunque se observa cada vez más en personas más jóvenes. Si bien existe producción de insulina, esta es insuficiente y disminuye su acción.
Este tipo de diabetes está asociada al sobrepeso y obesidad, y esta condición en sí misma produce resistencia a la acción de la insulina”. También se asocia a una alimentación inadecuada y a falta de actividad física, además de antecedentes familiares en esta enfermedad.
En la diabetes tipo 2 la hiperglucemia se va desarrollando muy lentamente, sin ser al inicio de la enfermedad lo suficientemente grave para que el paciente perciba los síntomas clásicos. Debido a esto aproximadamente la mitad de los pacientes ignoran su situación.
Frente a un diagnóstico de diabetes hay cuatro pilares del tratamiento. La educación diabetológica para brindar los conocimientos acerca de la enfermedad y las estrategias para los cuidados cotidianos; un estilo de vida saludable integrado por un plan alimentario adecuado dándole prioridad a la fibra alimentaria y a la hidratación, con actividad física de tipo aeróbica, ausencia de tabaco y mínimo consumo de alcohol; un tratamiento farmacológico a través de medicación vía oral y/o inyecciones de insulina; y el abordaje y atención de sus factores de riesgo y enfermedades asociadas: hipertensión, sobrepeso u obesidad colesterol elevado.
La diabetes de tipo 2 puede ser prevenida en gran medida cuando adoptamos un estilo de vida saludable, a través de una alimentación variada y equilibrada, hidratación adecuada, actividad física y ausencia de tabaco.