La lluvia parece estar empecinada en boicotear la fiesta más tradicional de Lobería, pero esta viene resistiendo estoica año tras año.
Desde hace varios años, el clima conspira contra la Fiesta de las Tropillas, pero gracias a la muy buena organización y el acompañamiento del público, la misma se sigue realizando con éxito.
Después del tradicional almuerzo del día sábado, en el que participaron más de 600 personas, una intensa e inoportuna lluvia se hizo presente en Lobería, obligando a los organizadores a suspender el desfile por las calles céntricas.
Y aunque siguió lloviendo hasta la noche, el público se hizo presente masivamente en la carpa ubicada junto al campo de jineteada, para disfrutar del espectáculo.
Con la enorme carpa repleta, abrió la noche Aníbal Berríos, para dar paso luego a los loberenses Sentires, que a su vez invitaron a varios artistas locales. Luego llegó el momento del humor, de la mano del santiagueño Mario Lescano, que arrancó carcajadas por doquier entre los presentes.
También desde Santiago del Estero llegó el dúo “Don Argañaraz”, con un estilo muy particular y un repertorio repleto de temas propios, haciendo entrar en calor a numerosos bailarines, que llenaron la pista.
Como cierre artístico, se presentó el reconocido Adrián Maggi, tal vez el mayor representante que tiene en la actualidad el canto surero. Con sus reflexiones, historias y humor, logró la ovación del público, que terminó despidiéndolo de pie.
La gran cantidad de agua caída hizo dudar a más de uno sobre la realización del festival tradicionalista del día domingo, pero el campo de doma respondió excelente y la actividad se pudo llevar a cabo en su totalidad, tal como estaba programada.
Hubo prueba de riendas, jineteada, el gran entrevero de tropillas y montas especiales, que se realizaron ante una multitud que, una vez más, le dio el respaldo a la tradicional fiesta de Lobería.