Una de las principales preocupaciones de los padres de adolescentes es el uso que dan sus hijos a las redes sociales. Se sienten completamente inseguros a la hora de abordar estos temas, ya que internet es un mundo muy complejo que está en continua transformación y exige estar actualizado continuamente. Por otro lado, la adolescencia es la edad clave en la que la mayoría de jóvenes se inicia en el mundo social digital. Las redes sociales forman parte de la vida de todo adolescente hasta tal punto que no conciben estar un día sin conectarse.
Al igual que los padres educan y enseñan a sus hijos a comer, usar las tijeras, cruzar una calle, subir o bajar una escalera, etc, también deben enseñar a usar las redes sociales de forma segura y responsable para evitar problemas.
El peligro de las redes sociales no está en la propia red social, sino en el uso que se le da. A la mente de un adolescente aún le parece difícil diferenciar el contenido real del que no lo es, detectar las intenciones del “seguidor/follower”, etc. Otra consecuencia de su mal uso es la adicción que puede generar entre los más jóvenes provocándoles anomalías como insomnio, inseguridad o falta de autoestima, aislarse de su entorno, superficialidad, déficit de atención, falta de rendimiento académico e incluso fracaso escolar.
Hay tres riesgos “alarmantes” para un adolescente que se pueden generar al no usar correctamente las redes sociales:
Cyberbulling acoso por parte de compañeros o personas de su entorno con amenazas, insultos, difundiendo bulos y haciendo un uso indebido de fotos o información de la víctima.
Grooming Es cuando entra el papel de un adulto (acosador) que intenta ganarse la confianza del adolescente mediante perfiles falsos con una finalidad de índole sexual (imágenes comprometedoras, encuentros sexuales, etc)
Sexting Es cuando se envían de forma directa o privada imágenes y videos de contenido sexual o provocativo. La autodestrucción del mensaje de algunas redes (como Snapchat o stories de IG) hacen que los adolescentes se confíen.
Pero más que alarmarse hay que concienciarse. Se puede hacer mucho antes y evitar estos problemas:
- Lo primero de todo es informarse del funcionamiento de Internet y redes sociales. Conocer las opciones que existen, tendencias de contenidos, jergas, influencers, etc.
- Hablar con el adolescente sobre el uso de internet, alertarle de los riesgos pero en forma de consejo, demostrando que confías en él. También puedes ayudarle a crear sus perfiles (privacidad) y primeros contenidos (hashtags, frases, etiquetas, ubicaciones) y así vais comentando los temas que van surgiendo.
- Hacer un listado de “Normas de Uso de Redes Sociales” que cumpla toda la familia:
- Crear el hábito de pasar tiempo en familia “sin móvil”, reduciendo así el tiempo de uso de redes sociales.
- Acordar que durante el tiempo de estudio y de dormir el móvil debe estar fuera de la habitación del adolescente (podéis dejar toda la familia el móvil en un mismo punto como la entrada de la casa).
- Poder ver todos el contenido de todos…es esencial, así se conciencia que el contenido que publique en una red social permanecerá en Internet durante muchos años y lo podrá ver su futura novi@, jef@, amig@s, etc.
- Observar y actuar con rapidez. Estar pendiente de cualquier variación significativa en el comportamiento físico, emocional o de conducta del adolescente para conocer cuál es el problema y ayudarle a solucionarlo cuanto antes.
Por Andrea Molina – Lic en Comunicación