La importancia de la protección al sol todo el año

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María José Ibañez es médica especialista en dermatología clínica y estética y desde hace unos años ejerce como profesional en la ciudad de Necochea. Conocé la importancia de cuidarnos la piel todo el año.

El bronceado sano o seguro no existe, ya que es la expresión tardía del daño celular que provocan los rayos solares en la piel. Para concientizar sobre esta cuestión, en los meses de noviembre de cada año, la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) lanza una campaña nacional de prevención de cáncer de piel. Durante una semana, distintas instituciones, públicas y privadas, chequean de forma gratuita la piel de quienes se acercan al consultorio. Este año se realizará la 28° Campaña Nacional de Prevención del Cáncer de Piel del 15 al 19 de noviembre. Existe una línea gratuita 0-800-999-0723 que brinda información sobre fechas y lugares de atención.

Durante la campaña se atiende la demanda espontánea de los pacientes que, voluntariamente, se acercan a los centros médicos adheridos para chequear su piel. Los dermatólogos completan las fichas con la evaluación de cada consulta.

Post- campaña, Se procesan los datos de las fichas y se publican los resultados obtenidos en el Informe Anual de Gestión y Resultados de la Campaña. El informe de las últimas 2 campañas (2019 y 2020 se unificaron por la pandemia) arrojó que el porcentaje de mujeres que se protege a diario del sol es significativamente mayor que el de hombres. A mayor edad, mayor el porcentaje de participantes que se protege a diario del sol. Se identificaron lesiones sospechosas en el 23% de los pacientes que se presentaron.

Se sabe que la exposición a las radiaciones ultravioletas (RUV) predispone al cáncer de piel (melanoma, y cáncer de piel no melanoma), debido a que ocasionan daño en el ADN celular. El efecto de las RUV en la piel es acumulativo, progresivo e irreversible. Existen 3 tipos de RUV: las UVC, los más nocivos, son absorbidos en su totalidad por la capa de ozono; los rayos UVB, aunque son filtrados en alta proporción por la capa de ozono, son los responsables del enrojecimiento y las quemaduras solares y los protagonistas en la generación del cáncer de piel. Es el sol del verano, que llega con mayor intensidad a la tierra en esta época del año porque ésta está más cerca del sol. Finalmente, los rayos UVA llegan en mayor cantidad a la superficie terrestre, tienen menor energía que los UVB pero penetran en la piel en profundidad dañando el tejido elástico, lo que deviene en envejecimiento prematuro de la piel, y subestimamos sus consecuencias, porque sus efectos se ven a largo plazo, no nos broncea ni ocasiona quemaduras solares. Es el sol de todo el año, y al que nuestra piel se encuentra expuesta desde que nacemos hasta que morimos. Son co-protagonistas del cáncer de piel,  y los que generan el fotoenvejecimiento (arrugas y manchas en la  piel).

Además, las radiaciones UV pueden producir daños oculares.

Según entidades europeas en las últimas décadas hubo un aumento de personas con cáncer de piel en el mundo. El 92% de las personas reconoce que el sol nos daña y puede causar cáncer de piel, pero solo el 18% de la población protege su piel del sol.  El aumento de la esperanza de vida, la excesiva exposición al sol debido a las actividades al aire libre o a la búsqueda del bronceado, han contribuido al incremento de los problemas cutáneos. Por tanto, el principal objetivo de la fotoprotección va a ser el de prevenir el daño que ocurre en nuestra piel como resultado de su exposición a la radiación ultravioleta (UV).

El bronceado sano o seguro no existe, ya que es la expresión tardía del daño celular por la RUV y no un elemento que la proteja, por lo tanto si hay piel bronceada el daño ya ocurrió. Los protectores solares no sólo se usan en verano sino que deben ser utilizados siempre que uno se exponga a las radiaciones solares.

Debemos tener en cuenta además que la arena, el agua y la nieve reflejan los rayos y aumentan su acción. Hay que recordar que las nubes solo frenan los rayos que nos dan calor, dando una falsa sensación de protección, pero la radiación ultravioleta, traspasa las nubes y se refracta en las pequeñas gotitas de agua que las conforman ocasionando la clásica “quemadura por resolana”. Si bien las radiaciones son más importantes entre las 10hs. y las 16hs., no significa que fuera de ese horario no exista riesgo, es menor, pero existe y debemos cuidarnos.

Los adolescentes entre 15 y 19 años son los que más se exponen al sol y las que menos se protegen, por ello es tan imprescindible la fotoeducacion desde la infancia. Algunos estudios indican que a los 18 años, una persona ya se expuso al 80% del total de las radiaciones solares que recibirá en toda su vida. (Manual de prevención de cáncer de piel SAD).

Ahora hablemos entonces sobre cómo cuidarnos del sol: ¿qué son los fotoprotectores? Tenemos que saber que los fotoprotectores son sustancias químicas que tienen la propiedad de disminuir la acción perjudicial de los rayos solares en la piel. Hay 2 tipos de fotoprotectores: físicos y químicos. Los primeros, también llamados minerales, se depositan en la superficie cutánea, y actúan ni bien se aplican, reflejando y dispersando la radiación (son como “espejitos” que evitan que la radiación alcance nuestra piel. Los químicos, en cambio, penetran la piel, hay que aplicarlos al menos 20 minutos antes, absorben la energía de la radiación UV transformándola en otro tipo de energía no perjudicial. En general, se combinan en el mismo producto para garantizar una mejor protección. El fotoprotector debe proteger adecuadamente contra  UVB y UVA. ¿Qué debemos mirar en los envases? El factor de protector solar (FPS) es numérico y es el que nos informa la protección que nos brinda contra los rayos UVB. El índice de oscurecimiento (PPD), indica la protección contra la luz UVA. Para poder identificar si un protector tiene adecuada protección frente a UVA, el standard utilizado por la Union Europea  (COLIPA), utiliza el UVA encerrado en un círculo, y es el que suele verse en los protectores solares que se encuentran en Argentina.

Recomendaciones para prevenir el daño solar

  • Usar sombrero de ala ancha, anteojos con filtro UV certificado, camisas de mangas largas, ponerse a la sombra de los árboles, sombrillas, etc
  • Evitar exponerse al sol entre las 10 y las 16 horas.
  • Usar una cantidad generosa sin olvidar sitios como: orejas, empeines, labios, cuello, zonas con disminución de la densidad capilar en los calvos y tórax.
  • Aplicar en toda la piel 20 minutos antes de la exposición y renovarlo cada 2 horas con la piel seca o cada vez que uno sale del agua y se frota o se seca la zona.
  • Usar en forma habitual cremas protectoras solares que bloqueen radiación UVA y UVB, de calidad reconocida y cuyo factor de protección solar (FPS) sea mayor a 30.
  • Niños no exponerlos al sol antes de los 12 meses de vida, y no utilizar protectores solares en los primeros 6 meses de vida
  • De los 6 meses a los 12 a 14 años utilizar protectores dermopediátricos

Hoy en día, las personas creen que estar bronceado es atractivo, y se lo considera un estándar de belleza, y recurren a métodos como la cama solar para lucir bronceados todo el año.  Desde hace varios años se han presentado evidencias científicas en relación con la asociación de dicha práctica con el desarrollo del cáncer de piel: melanoma y no melanoma (basocelular, espinocelular). El riesgo aumenta con el incremento del número de sesiones recibidas, su frecuencia, la edad más temprana de las personas y el sexo (mayor en mujeres). En muchos lugares del mundo se encuentran prohibidas para menores de 18 años. En 2012 se sancionó en la República Argentina la Ley 26.799 que prohíbe la utilización de equipos de rayos ultravioletas destinados para el bronceado a personas menores de edad. Esta Ley Nacional no ha sido aún reglamentada ni adherida por las provincias en el marco del Consejo Federal de Salud (COFESA) del Ministerio de Salud de la Nación (Consenso SAD sobre Camas solares 2016)

Un dato preocupante es q sólo el 11% de las personas cheequean su piel con regularidad. Los dermatólogos recomendamos hacer una revisión de toda la piel al menos una vez al año mediante dermatoscopía (lupa con luz que amplifica las características de los lunares), y que cada persona realice un autocontrol de lunares frente a un espejo o entre convivientes 1 vez al mes, para una detección temprana de lesiones malignas. ¿A qué hay que prestarle atención? Regla del ABCDE: A- Asimetría en la lesión; B- Bordes irregulares; C- Coloración variada; D- Diámetro mayor a 5 o 6 mm; E- Evolución en el tiempo – aparición de sangrado, picazón o costras en el lunar.

La prevención no descansa, es importante que siempre que se esté al sol se proteja la piel. “Si ves el sol cuidate, si ves la luna llena, es hora de tu autoexamen” (2020 Melanoma Skin Cancer Report).