En el año 1925, se planificó la construcción del edificio propiedad de Casazza y Malberti, situado en las entonces calles Irigoyen y Alem de La Dulce.
El 3 de enero de 1926, se realizó la inauguración del mismo, donde funcionaba una empresa cerealista que comercializaba además maquinarias agrícolas. Ese día, a las 20.00 se realizó la inauguración del lugar con gran cantidad de clientes y amigos y comenzó a operar la firma Casazza y Malberti y Cìa.
En el año 1945, fue adquirido por Ceferino Jensen, quien continuó con su actividad comercial en este lugar hasta el año 1961, en se hizo cargo su hijo, Juan Carlos, que continuó con venta de maquinarias agrícolas y repuestos, durante 56 años.
En el año 2001 Federico Hansen comenzó con su actividad cerealera y construyó oficinas en un sector del local, sobre la calle 24. A mediados de 2016, debido al crecimiento de su empresa, le encargó al Arquitecto dulcense Agustin Betz, que diseñara más oficinas, quien además sugirió que se revalorizara la fachada del edificio y propuso la restauración e iluminación de la misma.
En abril de este año, se realizaron los trabajos de obra, que estuvieron a cargo de Fernando Astudillo, Gustavo Andrade, Adrian y Sebastian Saluzzi, Sergio Pelaez y Miguel Islas.
El resultado es admirable y no encuentro palabras para describir las emociones que me genera.
En esta parte, me tomo el atrevimiento de escribir en primera persona, para felicitar a todos los que trabajaron, mencionados anteriormente, junto a sus empleados y para agradecerle a Federico Hansen, por haber cumplido con su promesa, aunque mi papá no haya podido verlo.