El área encabezada por Noelia Otero desarrolló las características de las herramientas implementadas durante algo más de un año de gestión, junto al equipo técnico que se conformó para brindar respuestas de una manera más integral.
A poco más de un año de transitada la gestión del intendente municipal, Arturo Rojas, la Dirección de Políticas de Género ha ido incorporando varias herramientas que ayuden a dar una respuesta más integral a un universo de amplia complejidad como es el da la violencia de género, como así también el hecho de haber conformado un equipo técnico con riqueza profesional.
De esa manera, dependiendo de la Secretaría de Desarrollo Humano y Políticas Sociales, y articulando con el resto de las áreas e instituciones de la ciudad, Políticas de Género entregó un acabado informe de la mayoría de las cuestiones que aborda en la actualidad, encabezada por su titular, Noelia Otero.
La directora comenzó trazando que “venimos con un año bastante intenso porque desde que se inició la gestión tuvimos un par de meses de normalidad y al poco andar comenzamos con el aislamiento social en el marco de la pandemia, que en lo que tiene que ver con las cuestiones de género fue complejizando los escenarios de intervención y configurando nuevas demandas, distintas y complejas. Ha sido algo más de un año de bastante trabajo y con muchos desafíos, tanto para mí como directora como para un equipo técnico que se ha tenido que reconvertir todo el tiempo”.
En cuanto a nueves demandas, la funcionaria describió que “el objetivo principal de la Dirección es transversalizar la perspectiva de género en el Estado municipal, tiene diversas líneas de acción y una de ellas es la asistencia principalmente a mujeres mayores de 18 años que se encuentran en situación de violencia por razones de género, pero la cuestión del Asilamiento Social Preventivo y Obligatorio complejizó y agudizó las situaciones de violencia en el sentido de que las mujeres empezaron a estar aisladas con sus agresores, y eso produjo un cambio en la gravedad de las situaciones que veníamos trabajando”.
En función de ello, es que Otero y el equipo técnico que la acompaña día a día mencionaron la implementación de diversas herramientas, como la cuestión del acompañamiento legal, los traslados, el alojamiento, la guardia telefónica 24 horas, la incorporación de una línea fija y el botón antipánico, entre otras cuestiones.
Líneas de comunicación:
En primer término, y teniendo en cuenta las condiciones impuestas por la pandemia, hicieron énfasis en los canales que se han ido implementando, con tal de mantener la comunicación con las víctimas. “Durante este año hemos incorporado un teléfono fijo, 42-5237, abierto a la comunidad en los horarios de oficina, de 8.30 a 14.30, para todo tipo de consultas que quieran hacer, solicitar información, alguna entrevista o acceso a algún programa. Nos llegan muchas consultas y tenemos un contacto muy fluido también vía WhatsApp, que es 2262-635147. Esto ha sido una gran estrategia de la Dirección para mantener la comunicación en el marco de la pandemia”, sostuvo Otero, y agregó que “además tenemos las redes sociales: @dpgnecochea en Instagram y Dirección de Políticas de Género Necochea en Facebook y el mail politicasdegeneronecochea@gmail.com”.
Incluso, “es importante agregar también que de lunes a domingo se encuentra abierta en todo el territorio argentina la línea 144, que trabaja las 24 horas y los 365 días del año, brindando asesoramiento a todas las personas que llaman por una situación de violencia por razones de género. A través de esta línea se escuchan las situaciones, evalúan el riesgo y articulan con el 911, en el caso de que sea un riesgo inminente o se requiera una intervención de urgencia de la Dirección de Género de Necochea, se comunican a nuestra línea de guardia”, acotó.
Y si de línea de guardia se trata, a ello se refirió una de las psicólogas del equipo técnico, Lucila Aira (otra de ellas es Verónica Lamas), quien destacó que “dentro de los dispositivos con los que contamos en la Dirección está el de guardia, que son intervenciones que llegan a través del teléfono de guardia, que está a disponibilidad las 24 horas y los 365 días del año, y nos contactan a través de él las instituciones, fundamentalmente la Comisaría de la Mujer y la Fiscalía en algún caso particular. A través de ese dispositivo hacemos una evaluación exhaustiva del riesgo que reviste el caso que atraviesa la mujer, y está a disposición el dispositivo de alojamiento para ser utilizado, o bien, el traslado”.
Herramientas de alojamiento y traslado
A propósito de lo que marcaba Aira en cuanto a los dispositivos de alojamiento y traslado, explicó Otero acerca del primero de ellos que “se trata de un alojamiento para situaciones de alto riesgo y de uno de los dispositivos de protección integral con los que cuenta la Dirección, además del botón antipánico. El alojamiento lo que busca es preservar la integridad de la mujer durante las primeras 72 horas hasta tanto los organismos judiciales otorguen medidas o resuelvan la situación, o bien, esa mujer queda al resguardo en un lugar de mayor seguridad, como puede ser otra localidad donde cuenta con referentes afectivos, familiares o comunitarias”.
Además, manifestó que “desde Género gestionamos en el Área de Monitoreo, que depende de la Secretaría de Gobierno, lo que es el botón antipánico para personas en situación de violencia de género, que es un aplicación en el teléfono celular que está conectado con monitoreo a un GPS y se da intervención policial al momento de una emergencia.”
Respecto al dispositivo de traslado, quien se explayó fue una de las trabajadoras sociales del equipo técnico, Evelyn Gea, quien informó que “una de las demandas que surgió en pandemia fue la articulación con el Ministerio de las Mujeres en cuanto a los traslados de mujeres hacia otras localidades. Nos habían tocado algunas situaciones en las que muchas mujeres que eran de otro lugar y estaban provisoriamente viviendo en Necochea se había dado una situación de violencia, entonces nosotros lo que hicimos fue garantizar el traslado de esa mujer a la ciudad que ella eligió para vivir. Siempre con el acompañamiento del Ministerio de las Mujeres”.
Incluso, Gea acotó que “otra de las cosas que se hace desde la Dirección es articular con los centros de Atención Primaria de Salud. Cuando llegan a la oficina nos encontramos que hay muchas mujeres que ya tienen un recorrido previo por otras instituciones, entonces articulamos qué centro de salud le corresponde, nos ocupamos de hablar con la trabajadora social y ver qué intervenciones se realizaron desde ese lugar para poder nosotras acompañar. Se hace un trabajo articulado, asimismo con los hospitales municipales, organismos judiciales, Comisaría de la Mujer y todas aquellas instituciones intervinientes en la problemática”.
Ruta crítica y acceso a la Justicia
Por otra parte, Noelia Otero afirmó que “otro punto que trabaja muy fuerte la Dirección con el equipo técnico es la ruta crítica y el acceso a la Justicia. Además de tener una articulación permanente a través del rol de Natalia Picciana como abogada del equipo técnico con las instituciones, también hacemos informes de riesgo, solicitando determinadas intervenciones a los organismos judiciales cuando vemos que la situación de violencia tiene muchos entrecruzamientos y está en riesgo la mujer. Presentamos informes en los juzgados de familia contextualizando las violencias, ya sea de este distrito o si vienen de otro también, articulando con Direcciones de Género de otros puntos, como así con otros organismos judiciales”.
En tal sentido, la abogada Natalia Picciana coincidió con la lectura general de la Dirección y el equipo técnico al expresar que “la cuestión de la pandemia ha agudizado las situaciones, y como equipo técnico de la Dirección, e interdisciplinario, trabajamos a demanda de las mujeres por consultas espontáneas que puedan realizarse. Como equipo tenemos un primer contacto con la mujer, vamos evaluando y haciendo el diagnóstico de cada situación en particular, y pensamos la estrategia de acompañamiento que sea más conveniente en cada situación”.
La profesional resaltó en tal sentido que “desde la parte legal trabajamos basadas en la Ley nacional 26.485, que habla de la protección integral de las mujeres, y mediante la cual la mujer radica una denuncia y suele pedir algún tipo de medidas cautelares que establece dicha ley. Las más comunes que se pueden escuchar son la restricción de acercamiento, la exclusión del hogar del agresor, o el reintegro de sus hijos, si es que ella se ha tenido que ir por una situación de emergencia. Como equipo también trabajamos basadas en un programa de la Dirección de Atención y Prevención de las violencias de género, con acompañamiento, asesoramiento integral y en cada disciplina en particular el acompañamiento que se decida en función del caso particular”.
Al respecto, dentro de las áreas de la Dirección y el acompañamiento integral, “tenemos el acompañamiento social, el acompañamiento legal y el acompañamiento psicológico, que se da a las mujeres que así lo desean. Es un servicio que ofrece la Dirección y depende de la voluntad de las mujeres”, aclararon.
Trabajo en conjunto con el Ministerio de la Mujer
En cuanto a casos críticos y en línea con lo que destacaba la Trabajadora Social Evelyn Gea, quien remarcó el trabajo mancomunado con el Ministerio de la Mujer fue otra de las trabajadoras sociales del área, Gabriela Antonelli, al aseverar que “ha tomado otro alcance el trabajo de la Dirección en la articulación con el Ministerio, ya que el contacto es permanente y la disponibilidad del Ministerio es por fuera de lo que se acostumbra”.
Además, Antonelli describió que cuando llega un caso a las oficinas de Género de manera espontánea, “nosotras valuamos la situación, le damos una entrevista y ahí vemos cuáles son las líneas de acción a seguir. Tratamos de acompañarlas en la contención y todo lo que tenga que ver con lo asistencial”.
Refuerzo para el equipo técnico
Asimismo, Noelia Otero comunicó que “se ha incorporado este año a trabajar con el equipo técnico la profesional Graciana Papávero, que está en el área de supervisión de casos. Trabajamos las situaciones de forma colectiva en el equipo, coordinados por Graciana”.
Precisamente, la licenciada en Psicología, Graciana Papávero, informó que “estoy desde justo antes de la pandemia acompañando al equipo técnico, mi trabajo es venir dos veses por semana y hacer supervisión. Las chicas hacen una selección de los casos que quieran compartir y consultar, juntas evaluamos el grado de riesgo y el entrecruzamiento de la violencia con otras variables, como pueden ser otras vulneraciones de derechos, por ejemplo estar expuestas a comercio sexual, pobreza, consumo o a todo lo que hace a un contexto de mayor riesgo, que tiene que ver con el tipo de agresor: si éste consume, tiene antecedentes y demás”.
“Mi incorporación tiene que ver con trabajar juntas, pero también con diferenciar un poco un caso del otro. Evaluar juntas el riesgo de los casos ayuda a diseñar las intervenciones”, añadió la licenciada.
Finalmente, Otero puso la mira a futuro al adelantar que “estamos pensando en la ampliación del equipo técnico y seguramente en los próximos meses lo haremos. Hubo pase a planta permanente de las trabajadoras y hemos incorporado y ampliado el área administrativa de la Dirección. La complejidad de las violencias de género es tan amplia que se requiere el acompañamiento de múltiples actores, no sólo institucionales, sino que sabemos el rol que cumplen las organizaciones, referentes comunitarios, comedores, familias y amigos a la hora de sostener y acompañar a las mujeres que están en estas situaciones”.
“Es una problemática que requiere de muchas manos, no sólo de las instituciones sino de la comunidad toda para deconstruir las representaciones que están por debajo de la violencia, porque estas violencias justamente son consecuencia de un montón de desigualdades”, concluyó.