Por Eliana Noela Segovia – Museóloga del Museo Histórico «La Lobería Grande»
En 1878 el presidente Nicolás Avellaneda designó a Monseñor Mariano Antonio Espinosa como capellán general del Ejército Expedicionario al Río Negro. De tal forma, acompañado por los misioneros salesianos Santiago Costamagna y Luis Botta, integró la primera división liderada por Julio A. Roca en la Campaña del Desierto.
Finalizada su labor en el ejército, regresó a Buenos Aires a bordo del acorazado Los Andes y posteriormente, emprendió un nuevo viaje para recorrer los territorios inexplorados de la Patagonia. Visitó los fuertes de Carhué, Puán, Guaminí, Fuerte Argentino y General Lavalle.
Monseñor Espinosa misionó, entre los pueblos originarios, escoltado por la redentora Cruz de los Cristianos y llevó adelante 105 bautismos, 1.080 confirmaciones, 506 comuniones y 33 matrimonios.
Al retornar fue sucesivamente nombrado protonotario apostólico, canónigo y vicario general, el 13 de junio de 1893 obispo auxiliar de Buenos Aires y el 22 de octubre consagrado obispo.
Hacia 1894, Lobería se independizó religiosamente de Balcarce y fue Espinosa quien presidió la Misión que participó en la erección canónica del primitivo templo parroquial.
En la oportunidad, se colocó la Cruz de los Cristianos que evocaba la presencia de la misión en la manzana baldía N°16, situada en las calles: Pueyrredón y Lavalle, Alvear y Lamadrid, en el extremo sur del primitivo plano urbano, actualmente Jardín N° 901.
Andado el tiempo la cruz se destinó al cementerio viejo, donde permaneció varios años. En 1940, el comisionado municipal Alfredo Baca Kuhr, ordenó utilizarla para coronar el osario que se construyó para depositar los restos del cementerio viejo que no fueron retirados por sus deudos. Previo al traslado, por el avanzado estado de deterioro, fue embutida en una cruz de cemento.