En los primeros cinco meses de la pandemia, todas las esperanzas de extinguir COVID-19 se basan en una vacuna hipotética. En todos lados se escuchaba: «Tendremos que quedarnos en casa hasta que tengamos una vacuna…» , «Es necesario cerrar escuelas hasta que tengamos una vacuna…»,»Usaremos máscaras pero solo hasta que tengamos la vacuna…»
Durante la gran cantidad de meses de encierro, estos mantras fueron como un pequeño rayo de esperanza. A un año de cumplir el asilamiento obligatorio impuesto por el Gobierno Nacional, ya estamos más cerca de que gran parte de la población comience a recibir la vacuna. Todo pareciera que la vida normal está del otro lado y solo tenemos que esperar hasta que tengamos la posibilidad de que toda la población cuenta con la dosis de la vacuna contra el covid.
Según los expertos, usar mascarillas y respetar el distanciamiento social son prácticas que ayudan a reducir la probabilidad de exposición al virus o de propagarlo a otras personas, pero estas medidas no son suficientes. Las vacunas actuarán sobre su sistema inmunitario para que esté en condiciones de combatir el virus si se ve expuesto al mismo. Vacunarse no llevará a la mejor protección contra el COVID-19. Vacunarse es una de las varias medidas que puede tomar para protegerse y proteger a otras personas del virus. Protegerse es crucial porque, en el caso de algunas personas, el COVID-19 puede causar que se enfermen gravemente e incluso ocasionar la muerte.
En la región, la mayoría del personal de salud ya ha recibido las dos dosis de la vacuna. El personal docente también está recibiendo la primera dosis al igual que los mayores de 80 años. La lista seguirá avanzando y eso nos permitirá mayor inmunidad en todas las ciudades de la región. Sin embargo, las posibilidades de que toda la población de riesgo se vacune sigue siendo un desafío. Sobre todo si recordamos el escándalo ocurrido meses atrás con la vacunación VIP. Un número indeterminado de políticos, familiares de políticos y personas afines se vacunó al margen del plan general de inoculaciones contra la COVID-19 gracias a una supuesta red paralela creada por el ex Ministerio de Salud. El ex mandatario, Ginés González, había habilitado una lista era larga y había reservado 3.000 dosis de la vacuna Sputnik V para uso discrecional.
El plan estratégico sigue avanzando en función de los objetivos prioritarios de a acuerdo a criterios epidemiológicos. El plan es vacunar a unas 15 millones de personas:
-Personal de salud
-Personal de las Fuerzas de Seguridad y Fuerzas Armadas
-Personas mayores de 60 años
-Personas entre 18 y 59 años con condiciones de riesgo
-Personal Docente y No docente de nivel inicial, primario y secundario
Para detener una pandemia es necesario utilizar todas las herramientas disponibles. Las vacunas actúan junto al sistema inmunitario para que su organismo esté preparado para combatir el virus si se ve expuesto al mismo. Las diferentes vacunas seguirán arribando a nuestro país, sin embargo todavía queda mucho por hacer y la gran cantidad de la población tendrá que seguir esperando la oportunidad para ser inmunes al virus que cambió el mundo.
Por Carlos Laboranti, Director.
