El domingo nublado y lluvioso, para algunos suele ser deprimente, salvo que vivas en un pueblo y tengas una bicicleta.
Juegos eran los de antes. Antes jugábamos con palitos y piedras. Los chicos ahora no se divierten como antes, etc., etc., etc.
¿Quien no escuchó alguna de estas frases alguna vez? Y es probable que en parte tengan razón. Las tecnologías no sólo han cambiado las vidas de los adultos, también lo han hecho con la de los pequeños, que manipulan un teléfono o una tablet como si nacieran con un chip incorporado en sus cerebros y nacieran sabiendo.
Pero tranquilos! No todo está perdido! No en nuestros pueblos del interior, donde jugar en la vereda no es un lujo, es algo cotidiano. Donde las bicis y los camioncitos atados con algún hilo grueso y tirado a remolque, sigue siendo uno de los mejores programas de los fines de semana. Donde un día lluvioso, que haga un poco de barro, transforma la salida en toda una aventura.
No hay tecnología que se compare con pasar una tarde con amigos, chapoteando en algún charco, subidos a una bici, remolcando un camioncito y disfrutando de la libertad de vivir en un pueblito.
Juegos, eran los de antes… y los de ahora!
Por Julieta Jensen