Poco más de dos semanas atrás, tal como sucede desde hace unos 20 años, el CEUL (Centro de Estudiantes Universitarios de Lobería) organizó una nueva edición de la fiesta 31/12, la cual se han transformado en una tradición loberense para recibir un nuevo año.
La fiesta fue un éxito rotundo una vez más, con una excelente organización que permitió que jóvenes y adultos disfruten de la llegada del 2024.
Pero no es el objetivo de este editorial hablar de la fiesta en sí, sino destacar a quienes trabajan para organizarla con el objetivo de recaudar fondos para el funcionamiento que la entidad tiene en La Plata y permite que numerosos estudiantes tengan una residencia mientras llevan adelante la carrera universitaria elegida.
El CEUL funciona desde hace más de 3 décadas bajo la conducción de jóvenes estudiantes con gran espíritu solidario, pues quienes integran la comisión deben cumplir un requisito fundamental: No pueden ser residentes de la casa. Es decir que los directivos de la entidad, son estudiantes que tienen la posibilidad de poder alquilar o cuentan con una casa o departamento para vivir, pero que solidariamente trabajan para que otros jóvenes tengan sus mismas posibilidades, en la casa del CEUL.Más allá subsidios que pueda recibir del municipio, la institución subsiste fundamentalmente gracias a los eventos que la comisión organiza, como las fiestas 31/12 en verano y la Deja Vu en vacaciones de invierno.
Son los propios estudiantes que integran la comisión, junto a los residentes de la casa, a los que se suman futuros y ex estudiantes universitarios, los que trabajan durante muchos días en pleno mes de diciembre, con calor o con lluvia, para preparar todo para esta fiesta. En momentos en que están de vacaciones, después de todo un año de estudio, eligen estar trabajando en lugar de estar disfrutando de la pileta o del descanso.Es que saben que esta fiesta les permite recaudar fondos para realizar obras en la Casa, ya sea ampliaciones o reparaciones, para que los residentes estén cómodos a lo largo del año.
Y formar parte de la comisión directiva no se limita a la organización de dos fiestas al año, sino que además durante el año implica jornadas de limpieza y asistencia a asambleas o reuniones.
El premio a ese esfuerzo es la satisfacción de ver que cerca de 20 jóvenes de Lobería tienen una residencia que les permite seguir su carrera en La Plata y recibir la gratitud de los mismos.Cerca de cumplir 36 años de vida, el CEUL se ha transformado en una entidad ejemplar, por la cual han pasado cientos de residentes y directivos, todos con el mismo espíritu.
Cuando ante algún situación negativa, livianamente algunos repiten que la juventud está perdida, debería reparar en ejemplos como el de estos jóvenes que casi anónimamente y sin pedir nada a cambio, definen claramente el significado de palabras muy utilizadas y que poco se ponen en práctica: solidaridad y empatía.
Desde aquí mis felicitaciones a esos jóvenes, con el deseo de que logren contagiar a muchos más y puedan mantener esos valores en el futuro, cuando estén transformados en profesionales.
Carlos Laboranti, director ejecutivo.