«Jota» Guanini: «El sudor y las lágrimas, valieron la pena»

0
110

Luego de coronarse campeona mundial FIB de peso súpermosca, la boxeadora necochense Jorgelina Guanini, regresó a la ciudad y fue recibida con una caravana de coches. Guanini se coronó campeona mundial en Concordia, Entre Ríos, tras derrotar por puntos, en 10 rounds, a Débora Dionicius, que venía invicta.
La “Gurisa” Dionicius, expuso por decimotercera vez su título súpermosca de la Federación Mundial de Boxeo, frente a “Jota” Guanini, octava en el ranking de la categoría.
La pelea tuvo un desarrollo bastante desprolijo y desordenado, debido al planteo por parte de Guanini, que incomodó a Dionicius y emparejó claramente las condiciones del combate. El trámite en el terreno corto favorecía a la necochense, a pesar de que la “Gurisa” trataba de contrarrestarlos a través del contraataque.
En un combate que podría haber caído para cualquiera de los dos bandos, los jueces dictaminaron las victoria de Guanini en decisión dividida, tras diez asaltos, que de esta forma le arrebató a Dionicius el título mundial, tras casi seis años de reinado.
“Estoy feliz por este recibimiento, como deportista de la ciudad, se cumplió un sueño, no pensaba que iba a ser todo tan rápido, ya que salí campeona sudamericana en marzo y aspirábamos a mejorar para ir por un título del mundo en dos años, pero los tiempos de Dios son perfectos, y a los seis meses de ser campeona sudamericana, salí campeona del Mundo”, comenzó diciendo “Jota”.

Sus comienzos en el boxeo
Respecto a sus inicios, Guanini contó que “empecé cuando tenía 15 años, con Osvaldo Sacco. Hice mis inicios con él, sin el consentimiento de mi papá, porque él no quería saber nada con que yo practicara ese deporte. Me escapaba y le ponía excusas de que me iba a la casa de una amiga y en verdad me iba a boxear. Finalmente un día me encontró boxeando y fue Osvaldo quien lo ayudó a entender que esa era mi pasión. A los 16 años hice mi primera pelea, debuté como amateur. Fue en Necochea. Peleé contra una chica de Tandil y perdí por nocauck. Mi papá pensó que no iba a entrenar más, pero no fue así, seguí entrenando duro”.
“Tuve una infancia que no fue mala, pero pasé cosas que necesitaba canalizarlas por algún lado y creo que el boxeo me ayudó mucho para eso. A los 11 años jugaba al hóckey, pero disfrutaba más jugar individualmente. Después conocí el boxeo y me ayudaba a quemar rabias internas. Fue mi clave a tierra y me ayudaba a descargar todo lo que me pasaba. Sigue siendo así hasta el día de hoy. A veces duelen más los golpes de la vida que los de cara” afirmó la flamante campeona mundial.
En relación a cómo surgió la posibilidad de pelear por el título mundial, Jorgelina contó que “el año pasado me fui a España a probar suerte, porque acá estaba parado, peleé por un título mundial y lo perdí. Volví a Necochea y en marzo peleé en otra categoría y gané. Y surgió la posibilidad de volver a pelear por el título mundial en Entre Ríos. No lo dudé, la gente de acá apoyó esa pelea. Sabía que era difícil, yo sólo tengo 10 peleas y ella tenía 28 peleas invictas. Era muy difícil, pero me aferré a Dios y con fe, tuvimos la victoria. Mis familiares y amigos estaba felices, si bien me ven los golpes de la cara, estoy muy bien y feliz de haber logrado todo esto. En tres meses voy a defender el título, así que estoy trabajando para eso”.

Fue de punto y terminó siendo banca
La boxeadora necochense, relató que “todos me preguntaban si estaba segura de pelear contra la “Gurisa” Dionicius, de hecho en la conferencia de prensa estábamos a un costadito y ella en el centro; todos le hablaban a ella, hasta le preguntaban de la próxima defensa después de la pelea conmigo, pero yo me reía, la respetaba porque ella era la mejor para muchos, además del invicto en 30 peleas y las 13 defensas, y cuando le saqué el título del mundo, nadie lo podía creer; en todo momento nos tuvieron a un costado y la jugamos de visitante”.
En cuanto a los porqué de este gran triunfo, Guanini subrayó que “fue una pelea dura, dije que era una guerra y se dio así, sabía que si no iba a buscarla de movida no iba a ser mía, ya que ella es una boxeadora muy técnica, así que mi plan era ir por ella”.
En ese sentido, afirmó que “con Esteban (Rosales, su entrenador), entrenábamos todos los días para tirar 15 rounds, y con mi preparador físico hacemos una preparación muy intensa, sabía que tenía que estar bien entrenada para pelear contra esa digna boxeadora”.
“Todas las lágrimas que salieron ese día valieron la pena, porque se entrena con dolor de panza, prohibiéndote un montón de cosas. El sudor y las lágrimas valieron la pena”, concluyó “Jota”, la nueva campeona mundial.