Ya es una sana costumbre la de Independiente de San Cayetano, la de terminar los campeonatos dando la vuelta olímpica.
Es que por cuarto torneo consecutivo, el «Chimango» voló más alto que ninguno y volvió a gritar campeón. Los tres torneos anteriores fueron de la mano de Damián García, y este año a través de su discípulo, el joven Lucas Lobos que se consagró en su primer año como DT de la Primera.
Hace algo más de una semana había dado el primer gran paso, venciendo como visitante 1 a 0 a Jorge Newbery de Lobería, y hace instantes completó la faena, goleando por 4 a 1 y ganando el global por 5 a 1.
El encuentro siempre tuvo como dominador al albo sancayetanense, aunque en la primera media hora tuvo cierta paridad, la cual se rompió a través de un tiro libre del «Turro» Daniel Azurmendi, que pasó entre todos los defensores y delanteros y terminó confundiendo a Jeremías Camino.
A partir del 1 a 0, el partido se abrió y todo se facilitó para el local. Es que un par de minutos después, Adrián Massan perdió una pelota en la salida, Alvarado tocó al medio para David Moreno y el «Amarillo» definió por un costado de Camino para poner el segundo, y de forma inmediata, un pelotazo largo encontró a Alvarado abierto por la derecha, habilitando nuevamente a Moreno que sólo tuvo que empujarla para establecer el 3 a 0 y sentenciar la serie.
Más allá de ello, Jorge Newbery salió a vender cara la derrota y fue a buscar el descuento. En la última de la primera parte tuvo un penal a su favor, aunque Juan Parente se lució y se lo atajó a Gonzalo Maldonado.
En el arranque del complemento, Independiente pareció salir relajado, sabiendo que el título ya estaba en sus manos, y Jorge Newbery lo aprovechó con una aparición de Mateo Bergottini, quien definió por un costado de Parente y puso el 1-3.
Más allá del tanto, el albo fue a buscar otro gol y lo consiguió mediante el ingresado Braian Uribe.
Los minutos corrían y ya todos esperaban el final, los del aurinegro para aplaudir la entrega y la gran campaña de su equipo, con jugadores todos surgidos de la institución, y los del albo para dar rienda suelta a su alegría y festejo por la obtención del tetracampeonato, que sirvió además para homenajear a Brian Cortadi, el ex jugador del «Chimango» que murió trágicamente tiempo atrás y cuyo nombre lleva la copa que desde hoy lucirá en las vitrinas de Independiente.
Fue un final sumamente emotivo, donde se mezclaban las sensaciones de felicidad por el título obtenido y de angustia por el recuerdo del goleador que ya no está físicamente, aunque como reza la imagen que llevaba en la remera su hermano Matías Jalil, «siempre estás en nuestros corazones».
Independiente de San Cayetano es un justo campeón, se armó con ese objetivo, se supo candidato desde un principio, se hizo cargo, hizo valer su jerarquía y por cuarto torneo consecutivo, terminó dando la vuelta.
¡Salud campeón!