El Gobierno oficializó hace ya dos semanas la suma de algunos feriados, y entre ellos se agregó el 20 de noviembre Día de la Soberanía Nacional, aunque se pasó para el próximo lunes, con el objetivo de aprovechar el fin de semana largo.
Esa fecha fue instaurada por pedido del historiador José María Rosa y se oficializó por medio de la Ley número 20.770.
Este feriado recuerda la batalla de Vuelta de Obligado, en la que quedó como ejemplo la valentía y el sacrificio de los argentinos ante un enemigo muy poderoso y que lo superaba ampliamente en cantidad como el ejército Anglo-Francés.
Durante 1845 Francia e Inglaterra intentaron colonizar algunos territorios del país, pero el pueblo no deseaba volver a ser una colonia, por lo que el Gobierno de Juan Manuel de Rosas, respaldado por el general José de San Martín desde el exilio, preparó la resistencia.
Los invasores querían entrar por el Paraná, pero las tropas nacionales, al mando de Lucio Mansilla se anticiparon en Vuelta de Obligado.
El número de fuerzas enemigas superaba ampliamente en número y modernidad de su armamento a las argentinas, que no se amedrentaron y batallaron durante siete horas.
Las tropas adversarias superaron la barra del Paraná, pero no pudieron ocupar las costas ?objetivo principal para después adentrarse en el territorio argentino? como para que la victoria sea completa y así pudieran concretar sus aspiraciones de invasión.
Desde ese día se reforzó el espíritu de lucha nacional y la heroica resistencia se conoció en toda Europa.
Ese hecho le permitió al país terminar de alejar a los enemigos que tenían planes de volver a tomar a la Nación bajo su poder y terminar de afianzar la República.
Por su parte, el historiador Pacho O’Donell cuestionó a aquelleos colegas que tratan de minimizar la batalla en la Vuelta de Obligado y remarcó que «no se puede discutir la victoria porque los agresores no lograron ninguno de los objetivos que se propusieron».
«Fue una epopeya que estaba oculta. Las tropas argentinas resistieron contra dos potencias en lo político, econímico y social», precisó O’Donell.