Como cada 7 de agosto, la fe y la esperanza se manifestaron honrando a San Cayetano: Santo de la Providencia, patrono del pan y el trabajo. Debido a las condiciones climáticas, la celebración del Santo Patrono tuvo su actividad central en el gimnasio polideportivo municipal, lugar donde el arzobispo de la Arquidiócesis de Bahía Blanca, Fray Carlos Alfonso Azpiroz Costa presidió la Santa Misa.
Como todos los años, el gobierno municipal se sumó a la celebración: además de colaborar con el armado del escenario y el acondicionamiento del Polideportivo, coordinó la feria de artesanos. En instalaciones de la Asociación Italiana Nueva Italia unos 50 artesanos de San Cayetano y distritos vecinos exhibieron y vendieron sus productos.
Además organizó la tradicional vigilia del martes por la noche. Un colmado salón parroquial fue testigo de las impecables actuaciones de cantantes y bailarines.
El inicio estuvo dado en la Iglesia, por la obra teatral “Mama Antula vuelve en el tiempo” donde se recuerda su tarea espiritual por el territorio del Virreinato.
La fiesta de celebración patronal continuó ya en el salón parroquial con la presentación de alumnos de los talleres de canto y danzas de la Dirección de Educación y Cultura. Una vez más hicieron visible sus talentos y pudieron compartir con la comunidad lo que ocurre semana a semana en el Espacio Cultural.
El taller de canto presentó 15 integrantes, incluidas tres de niñas que subieron al escenario por primera vez asombrando a un público que las reconoció con un cerrado aplauso. El cierre fue responsabilidad de la profesora Carolina Ferrando y una alumna quienes interpretaron “Hallelujah”, tema que fue bailado por los profesores de tango, Paz Giorgi y Federico Pérez Spinelli.
La danza también se hizo presente con la pareja Dominica Iocco y Manuel Gómez quienes emocionaron con sus armoniosos movimientos. Pasadas las 22, el conductor de la Vigilia, “Pachino” Rossi presentó el espectáculo central: Lucas Oviedo y su maravilloso repertorio que recorrió diversos temas folclóricos reversionados.
Cuando el reloj marcó las 00.00 y trasladados al templo parroquial, se entonó el himno nacional para luego celebrarse la primera Misa Santa.