El gobierno nacional que inició su gestión hace poco menos de dos meses, ha insistido con un discurso de austeridad y eliminar los gastos que son considerados superfluos para el Estado.
Evidentemente es una decisión con la que todos, o al menos la amplia mayoría estamos de acuerdo, más allá de si desde el 10 de diciembre a esta parte está cumpliendo con esas promesas de campaña o no. No es la idea hoy, en este editorial, analizar si Milei lo está haciendo bien o mal, eso lo abordaremos en otra ocasión.
Lo que sí quiero hoy es hacer referencia a la realización de fiestas populares, que para muchos cercanos al actual gobierno, es considerada plata “mal gastada”.
Claro está que en los últimos años, hay numerosos municipios y provincias que pagaron precios exorbitantes a determinados artistas para que ofrezcan sus shows, pero eso no determina que toda inversión en espectáculos deba ser eliminada.
Este comentario lo realizo hoy porque justamente estamos en un fin de semana donde Necochea tiene su clásico Festival Infantil, que está desarrollando su 63º edición, Balcarce con la 31º Fiesta Nacional del Automovilismo y Lobería que tuvo su festejo de cumpleaños número 133 durante la semana.
Justamente en épocas de crisis económica tan grande como las que estamos viviendo, este tipo de espectáculos con acceso gratuito para todos, permiten a miles de personas disfrutar de shows de primer nivel, los cuales posiblemente serían inaccesibles para su bolsillo de otra manera.
Y el acceso a disfrutar de un lindo espectáculo, no debe ser algo exclusivo para aquellos que tienen la posibilidad económica de pagarlo, todos tienen derecho a la recreación y disfrutar de compartir en familia una presentación artística.
Pero a ello debemos sumar que la organización de estos festivales no sólo implican “salida” de dinero, puesto que más allá de la inversión que el Estado realiza, ese dinero recircula en la propia comunidad, puesto que las miles de personas que asisten al evento, consumen en los puestos gastronómicos y stands, se movilizan y dinamizan la economía local. Destacando además que estos espectáculos motivan la llegada a la ciudad de turismo ocasional que viaja exclusivamente para asistir al mismo.
Es por eso que celebro la realización de este tipo de fiestas populares mediante las inversiones del Estado, que con toda lógica, ha buscado la manera de abaratar sus costos.
El masivo acompañamiento del público, ratifica que la gente está deseosa de permitirse estos momentos de distracción, en los que puede reírse, aplaudir, bailar, cantar o simplemente disfrutar de un espectáculo.
Carlos Laboranti, director ejecutivo.
