Las ferias de ciencias habrían nacido en 1967, en el seno del Conicet, con el apoyo de Bernardo Houssay, premio Nobel de Medicina, cuando un grupo de jóvenes le propuso exponer los trabajos científicos en los colegios.
Y a partir de allí, se han transformado en uno de los puntos fuertes de la educación, porque las mismas logran que estudiantes y docentes trabajen mancomunadamente tras un proyecto determinado, lo cual implica un gran aprendizaje.
Gran parte del éxito del trabajo, depende de que el educador sepa estimular a los alumnos para leer, investigar, indagar y consultar profesionales que puedan enriquecer su proyecto.
Hace un par de semanas, se llevó a cabo la instancia Distrital de la Feria de Educación, Arte, Ciencia y Tecnología, en cada localidad.
Quienes hayan visitado la Feria, se habrán ido felices y orgullosos, al ver con qué seriedad trabajan las instituciones educativas, fomentando la investigación en sus alumnos.
Ver a niños de distintas edades, algunos muy pequeños, participando con entusiasmo y con un poco de nerviosismo, “defendiendo” sus trabajos ante el jurado calificador. Algunos hasta se adelantan contestando las posibles preguntas que se les pueda realizar.
El valor de su participación reside en que desde muy pequeños, aprenden a desenvolverse solos, a hablar en público, a indagar e investigar y manejar sus conocimientos. Y así, mediante el estudio y la curiosidad, van trazando el rumbo de sus vidas.
Y los alumnos no sólo tuvieron enfrente al jurado, sino a muchos padres que se acercaron a conocer sobre las investigaciones de sus hijos, y hasta los propios intendentes, que recorrieron la misma, sorprendiéndose con los trabajos de los alumnos.
“Es muy lindo estar acá, compartiendo conocimientos y ver con qué pasión los chicos me cuentan aquello en lo que han trabajado e investigado con el apoyo de docentes y familias. Ese granito de arena que cada uno va sumando, nos va a mejorar la calidad de vida”, dijo el jefe comunal de Lobería, Juan José Fioramonti.
Por su parte, el necochense Facundo López, indicó que en las ferias, “se cuestiona en forma permanente, se generan hipótesis y se trata de llegar a conclusiones, que es lo más valioso que podemos tener. Esto nos enseña cotidianamente que las cosas se pueden hacer de otra forma, que no todo está dicho, y que está bueno interiorizarse, aprender y generar hipótesis”.
A su vez, el intendente de San Cayetano, Miguel Gargaglione, hizo un reconocimiento “a los alumnos, uno de los pilares de la educación en la investigación y a los profesores que han acompañado”.
El mayor valor de una feria de ciencias, es el reconocimiento y el aliento que brinda a los estudiantes que participan, ofreciendo una amplia gama de intercambio de ideas para los alumnos y maestros.
Pasó la instancia Distrital y nos deja la certeza de que hay futuro, pues los niños y adolescentes una vez más mostraron curiosidad, interés, ganas de investigar y sorprendieron con excelentes proyectos.
Carlos Laboranti
Director Ejecutivo