No le alcanzó a Independiente. Fue a Olavarría con una misión extremadamente difícil; dar vuelta una serie que estaba 0-2, ante un rival que hacía mucho tiempo que no perdía y llevaba cinco partidos sin que le conviertan goles.
Pero el “Chimango” demostró una vez más tener un corazón enorme, jugando con personalidad, poniéndose en ventaja y dando pelea hasta el pitazo final del árbitro, ganándose la ovación de ese centenar de hinchas que creyeron que la hazaña era posible y viajaron para alentarlo.
Más allá de una situación propicia que tuvo el local en el arranque con un cabezazo que se fue cerca, Independiente logró pararse con autoridad.
Tras un par de aproximaciones de media distancia, llegó el ansiado gol, a través de una excelente asistencia de Santiago Giuntini y una mejor definición de Braian Uribe, quien ganó la posición y tocó suave por arriba de Báez para poner el 1 a 0.
Con 55 minutos por jugar, la ilusión se encendió en toda la gente de Independiente.
El complemento fue todo del albo, que manejó el trámite aunque le costó entrarle a un equipo que jugó con muchísima gente contra su área. Así y todo, el equipo de Damián García tuvo dos clarísimas situaciones.
El travesaño dijo “no”
La primera, tras un centro desde la derecha que se desvió en un defensor y cuando parecía que se metía por encima del arquero local, la pelota dio en el travesaño.
La restante, cuando sólo restaban 8 minutos. Uribe recibió un pase por el segundo palo, la bajó de pecho y definió cruzado, salvando el defensor Benítez sobre la línea.
El “Chimango” siguió insistiendo, pero los minutos se fueron y el árbitro decretó el final, que encontró a los jugadores del verde festejando eufóricamente la clasificación. Es que Independiente se la hizo verdaderamente difícil, jugando con el alma, entregando hasta la última gota de sudor.
Amplio reconocimiento
No alcanzó para clasificar, es verdad, pero sobró para ganarse el reconocimiento de esos 100 fanáticos que los aplaudían detrás del alambrado con lágrimas en los ojos, de los miles que con la misma emoción escucharon el partido por radio desde San Cayetano, y de tantos otros que en Lobería, Necochea, La Dulce, Juan N. Fernández y la zona, supieron hacer fuerza por el albo.
El DT de Independiente, Damián García, expresó en su cuenta de Facebook, sentirse “reconfortado, lleno y tranquilo”, afirmando que “tuve la suerte de sentirme querido, me llenaron de afecto un grupo de jugadores que se entregaron al máximo, con un montón de virtudes: fe, coraje, solidaridad…No les quedó nada para dar, se vaciaron”.
Por último indicó que “se terminó un Federal B inolvidable, superando las expectativas hasta del más optimista, con un gran crecimiento en lo institucional, con muchas manos para colaborar en post de lo colectivo; con otra gran historia para guardar. Eternamente agradecido al grupo de jugadores y a todos los que de una forma u otra colaboraron para vivir esta hermosa experiencia”.