Durante la semana se conoció la noticia que finalmente se concretará el inicio de la exploración petrolera costa afuera frente a las costas de Mar del Plata y Necochea, lo que en su momento desencadenó un conflicto con la comunidad de ambas localidades, desatando un debate público sobre los posibles impactos ambientales del proyecto y las implicaciones para la sustentabilidad de los océanos.
Es que la cuestión ambiental en la Argentina es un tema ineludible y la tensión entre la necesidad de divisas y los riesgos y sacrificios ambientales por la explotación de recursos naturales sigue en ascenso.
En ese sentido, desde que el tema se hizo público hace un par de años, se escucharon múltiples voces en apoyo y otras en disidencia.
Las organizaciones ambientalistas mostraron su rechazo por el impacto que estas exploraciones tienen sobre la fauna marina, en las ballenas y en la pesca, además de los posibles accidentes con derrames que puede ocurrir en caso de encontrarse finalmente petróleo.
Por su parte, de parte de las diferentes autoridades que apoyaron esta actividad, afirmaron que no va a afectar la cuestión visual y que es prácticamente imposible que haya algún derrame.
Tal fue la polémica que terminó con la presentación de tres recursos de amparo que solicitaban la suspensión de las actividades exploratorias y la revocación de los permisos; uno de la Fundación Greenpeace Argentina, otro de la Organización de Ambientalistas Autoconvocados y un tercero de un privado, que la Corte Suprema de Justicia desestimó, autorizando la exploración sísmica y explotación petrolera.
Lo cierto es que más allá de las polémicas, finalmente todo parece indicar que se iniciará la perforación y posterior explotación del pozo petrolero Argerich 1.
De concretarse este proyecto, tendrá un impacto enorme sobre toda la región, y fundamentalmente en Mar del Plata y Necochea, generando mano de obra calificada y un shock en el comercio, gastronomía, hotelería y transporte, si se tiene en cuenta lo que se informó oportunamente, con inversiones por 40.000 millones de dólares en componentes nacionales y la contratación de 125.000 trabajadores para el sector durante las próximas tres décadas, siempre contemplando que en un primer período las inversiones totalizarán unos 4.000 millones de dólares hasta que llegue el momento de definir la viabilidad del proyecto para sacar la primera gota de crudo, que podría ocurrir recién en 2030.
Esto implica que si el proyecto de exploración fuera exitoso, el impacto no sólo será para nuestra región, sino que podría llegar a cambiar el futuro energético de la Argentina, marcando un antes y un después en la historia de la explotación petrolera.
Por lo pronto, lo concreto es que hoy el buque perforador Valaris 17, está terminando su tarea en la zona de Río de Janeiro y luego se trasladará hacia nuestra región, donde unas 200 personas y dos helicópteros, se sumarán a las tareas logísticas de esta perforación que ha despertado grandes expectativas en los ámbitos productivos y económicos.
Más allá de los diversos artículos que leí al respecto, con las diferentes posturas, con los pros y con las contras de la explotación petrolera, con argumentos absolutamente atendibles y valederos de ambas partes, no creo estar en condiciones de fijar una postura contundente sobre el tema, aunque uno entiende que si las autoridades gubernamentales y judiciales lo autorizaron, estarán dadas las condiciones ambientales y de seguridad para concretar esta exploración sin riesgo alguno; y teniendo en cuenta que todo está en marcha, es de esperar que se desarrolle con éxito, otorgándole a nuestra región una inyección económica sin precedentes y a nuestro país un enorme impacto energético.
Carlos Laboranti, director ejecutivo.
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