Por Rubén Leys, periodista necochense.
En uno de los robos arbitrales más escandalosos que me ha tocado presenciar, Independiente de San Cayetano fue literalmente despojado por un descarado arbitraje de Lucas Gómez, que posibilitó el ascenso de Germinal de Rawson, que le ganaba 3 a 1 al «Chimango» cuando a los 24 minutos del complemento, entró un hincha, golpeó al árbitro y se terminó todo.
En lo que fue el partido, a los 6 minutos de la primera parte, Bacigalupe con un estupendo cabezazo a la salida de un córner, puso la apertura del marcador.
A renglón seguido, Gómez vio un penal rayano a un robo deportivo, en una mano de Losada que nadie vio. Ramirez lo cambió por gol y en plena locura táctica del albo, llegó el segundo de Germinal con un cabezazo de Fernández.
Después del desconcierto, Azurmendi se puso el equipo al hombro y generó que Independiente fuera superior, hasta que el sinvergüenza de Gómez omitió un enorme penal a Verón, que provocó aun más desconcierto, enojo e impotencia.
En el complemento Independiente fue más, aun extrañando la ausencia de Santiago Vásques, ingresó Forte y cuando parecía cercano el empate, dudó Casas en un centro y Teran de cabeza puso el 3 a 1.
El central tuvo un festejo provocativo, vio la roja y en pleno descalabro pasó lo lamentable. Un arbitro agredido, manos que iban y venían, hasta que llegó la suspensión, aun cuando faltaban más de 25 minutos. Una vergüenza. Un robo descarado e Independiente que se quedó en las puertas del Ascenso. Queda mucha tela por cortar.
Independiente, en la cancha, nunca fue menos que Germinal. Al contrario. Pero el campeón de la Liga Necochea, dignísimo y elogiable, terminó la tarde con toda la bronca que genera un robo. La historia seguramente continuará….