Se define como empresa «unicornio», a una compañía tecnológica que alcanza un valor de mil millones de dólares en algún momento de su proceso de levantamiento de capital sin cotizar en bolsa. Se utiliza el término “unicornio” puesto que se podrían comparar a estos animales mitológicos, una fantasía que parece imposible de encontrar.
El campo argentino tendrá su propio unicornio en apenas tres años, si se cumplen las previsiones del plan estratégico del Grupo Los Grobo. La compañía, fundada en 1984 por Adolfo Grobocopatel, estima que al cierre del ejercicio 2021/2022 tendrá ingresos por 1011 millones de dólares y se uniría así al selecto grupo de compañías que integran MercadoLibre, Globant, Despegar y OLX.
La historia de la compañía dio un vuelco a fines de 2016, cuando el fondo de inversiones Venture Capital Partners compró el 76 por ciento del paquete accionario. De la familia fundadora solo quedaron dos integrantes, Gustavo y Matilde Grobocopatel, que controlan el 26 por ciento restante.
Junto con los nuevos dueños, llegó un management renovado con Jorge Arpí, gerente general de la empresa, a la cabeza. Allí se empezó a delinear un plan de acción a cinco años para sanear las cuentas, mejorar el perfil de deuda y hacer crecer la compañía a una ambiciosa tasa compuesta anual del 42 por ciento. Así, se pasaría de un ebitda (ingresos antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) de 20,7 millones de dólares en el ejercicio cerrado en junio de 2017 a 119,1 millones de dólares.
«Originalmente, para este ejercicio proyectábamos que el ebitda de la compañía alcanzara 67,1 millones de dólares. Sin embargo hasta marzo ya estamos en 50,3 millones, por lo que estimamos que el acumulado de los 12 meses termine en 74,5 por ciento. Estamos hablando de un crecimiento anual de 63,5 por ciento», destacó Arpí durante un encuentro con la prensa.
Con estos números en el balance, el fondo inversor decidió el año pasado hacer un aporte de capital de 100 millones de dólares. El dinero, explicó el CEO de la compañía, se destinó en su totalidad a reducir el peso de la deuda y a mejorar el mix de instrumentos para bajar la carga de intereses, algo que, en parte, ya se logró.
En 2017, Los Grobo tenía una deuda de 232 millones de dólares, equivalente a 11,1 veces su ebitda. En el ejercicio que cierra en junio de este año, ese monto habrá bajado a 171 millones (2,5 veces el ebitda) y a 2022 se estima que el pasivo será de solo 44,7 millones (0,4 veces el ebitda proyectado).
«No solo hemos bajado la deuda, sino que mejoramos su perfil. Para dar un ejemplo, hasta hace dos años Agrofina, nuestra empresa dedicada a la protección de cultivos, se financiaba en pesos con sus cuentas por cobrar. Eso es lo que cambiamos», agregó Arpí.
El próximo paso para Los Grobo podría ser pensar en una salida a Bolsa. Sin embargo, los planes por ahora son caminar sobre seguro, explicó Carlos García, presidente de Victoria Capital. Y agregó: «Si en 2022 llegamos a facturar 1000 millones de dólares y la Argentina sigue siendo un país civilizado, podríamos hacer una IPO».