Desde hace décadas, en Lobería se menciona la necesidad de contar con una piscina cubierta climatizada, aunque hasta el momento, siempre se habló de un proyecto a futuro, a largo plazo o de difícil, por no decir imposible concreción.
En alguna ocasión, durante una campaña electoral, coincidió en que los candidatos de las distintas fuerzas afirmaban que realizarían la anhelada obra y hasta lo tomaban como un compromiso, aunque por una cosa o por la otra (principalmente por falta de presupuesto), nunca se hizo realidad.
Varios años atrás, un vecino de nuestra ciudad realizó una importante inversión y dio inicio a la obra, aunque lamentablemente no llegó a ser finalizada.
Lo cierto es que llegado el año 2021, Lobería sigue sin contar con una piscina cubierta climatizada, con lo que la misma implica tanto para la práctica del deporte como para los cuidados de la salud. Es que no estamos hablando de un lugar con fines recreativos, sino que nos referimos a un complejo donde se enseñará la técnica de uno de los deportes más completos, donde podrán entrenar quienes deseen competir y podrán realizar rehabilitaciones y kinesiología quienes lo necesiten.
De hecho, si bien no hay un número confirmado, se estima que son más de 60 los loberenses que viajan a Necochea a practicar natación, ya sea por prescripción médica, por el gusto de nadar o por participar de este deporte de manera competitiva.
Claro está que ese número se elevaría considerablemente si la pileta estuviera en la propia ciudad de Lobería, puesto que son numerosos los vecinos que no cuentan con medios de traslado o bien con el tiempo suficiente para viajar a la ciudad vecina para practicar este deporte, y se limitan a hacerlo únicamente en la temporada de verano, ya sea en el natatorio municipal o en el de Jorge Newbery.
Sin dudas se trata de una demanda de un sector importante de la comunidad, que ante cada mención de esta posibilidad, se genera grandes expectativas que hasta aquí sólo han terminado en decepción.
Parecía que por la inversión que requiere una obra de tanta envergadura, sólo el Estado podría concretarla, aunque a principios de este año, apareció una posibilidad que poco más de un mes después, se ha transformado en una ambiciosa idea con buenas posibilidades de realizarse y que fue presentado por una institución de la localidad.
Se trata del Club Independiente, que a través de su nuevo presidente, presentó ante un grupo de socios primero y de manera pública después, un proyecto preliminar en el que está estimada la inversión necesaria, el lugar en el que sería construida la pileta, las características que tendría y los costos que debería afrontar la institución para mantener en funcionamiento dichas instalaciones.
Lo importante es que a partir de los dichos del presidente de la entidad, Sergio Reggiani, quien fue el gran impulsor de este proyecto, uno puede entender que hay una decisión concretar de hacer realidad este sueño. A tal punto está avanzada la idea, que el presidente del club se animó a afirmar que tiene la expectativa de comenzar a ejecutar la obra en el transcurso de un año.
La aprobación que ha tenido el proyecto de parte de la sociedad ha sido total, por lo que ahora es el momento de que el club comience a gestionar la financiación de la obra. En ese sentido, el propio Reggiani explicó que de ser necesario, toda la comisión está de acuerdo en “llamar a una asamblea y proponer reconvertir un bien o una fracción de un bien en pos de transformarlo en otro bien de mayor productividad, más beneficios y mayor servicio para el club y la comunidad”. En resumen, el presidente habla de que llegado el caso, propondría vender un bien del club para invertirlo en el proyecto en cuestión.
Hay un propósito claro, hay ganas, hay una decisión, hay mentes que piensan en el progreso de una institución y de la comunidad en general… Todo esto permite ser optimistas y pensar que en el corto plazo, la piscina cubierta dejará de ser un sueño irrealizable para convertirse en una realidad.
Carlos Laboranti-Director Ejecutivo