El pintor Carlos Sosa fue una de las principales atracciones de las actividades por el Día de las Personas con Discapacidad

0
290

En el «Día Internacional de las Personas con Discapacidad» se realizó en nuestra localidad una actividad evocatoria.

Se desarrolló una exposición de trabajos y productos de instituciones relacionadas a la atención de discapacitados de nuestra ciudad en la sala “Dr. Victorio Tommasi” teniendo en cuenta las condiciones del tiempo durante la mañana.

Una de las principales atracciones fue la llegada del pintor sin manos, Carlos Sosa, quien desplegó todo su arte en vivo.

Según cuenta el diario La Nación, Carlos nació con distrofia neuromuscular progresiva. Según el diagnóstico, su discapacidad se debió a una partida defectuosa de anticonceptivos que circuló en los sesenta. A los trece se fue de su casa y vivió en las estaciones del Sarmiento. Se hizo busca y alcohólico. Era, también, un rompebodas: se colaba en fiestas para arruinarlas. Un día se metió en el templo del pastor Giménez y gritó «¡callate, chanta!» en medio de la prédica. Empezó a dormir ahí, en las butacas, y un amanecer vio a cinco viejitos de rodillas, haciendo un «monte de oración». Tuvo una epifanía. «Si existís, le dijo a Dios, quiero que mis padres no lloren más por mí.» Dejó de tomar, volvió a su pieza familiar en Merlo y pintó un mural de la Cabaña del Tío Tom. Hizo base en Caminito y tiempo después obtuvo una beca suiza para «pintores sin manos».