Por Valerio Cherenscio – Periodista Sendero Regional
El 2025 comienza con esperanza para el joven jugador loberense Ignacio «Nacho» Archieri, quien ha dado pasos significativos en su consolidación dentro del exigente mundo del pádel profesional.
Su historia, marcada por esfuerzo y dedicación desde sus primeros golpes con la paleta, es un reflejo del espíritu de superación que caracteriza a los grandes deportistas.
Tras una etapa juvenil repleta de éxitos, el salto al profesionalismo en 2024 representó un desafío mayor de lo esperado. Compitiendo con los mejores del país y del mundo, los resultados iniciales no acompañaron las expectativas. Sin embargo, lejos de desanimarse, «Nacho» continuó trabajando arduamente, mostrando una madurez y templanza que hoy comienzan a rendir frutos.
En el reciente A1 Tucumán Open, junto a su compañero tandilense Joaquín De Astoreca, lograron uno de los hitos más destacados de su carrera: derrotar a la pareja preclasificada número 5, Frugoni-Barrera. Este triunfo les permitió acceder por primera vez a los cuartos de final de un torneo de este nivel, donde cayeron en un emocionante encuentro frente a Ramiro Pereyra y Juan Ignacio De Pascual, dupla preclasificada Nº 2 que luego se consagraría campeona.
Estos resultados no solo reflejan el talento de «Nacho» y su compañero, sino también su capacidad para sobreponerse a las adversidades y crecer con cada desafío. Su ascenso en el ranking, del puesto 57º al 49º en la última semana, es testimonio de su progreso y augura una temporada 2025 prometedora.
Con el A1 Córdoba Open ya en marcha y un reciente triunfo que les aseguró un lugar en los octavos de final, Archieri y De Astoreca se perfilan como una pareja a seguir de cerca y que sus rivales ya miran de reojo. Pero detrás de los éxitos deportivos, subyace una historia de sacrificios y esfuerzos compartidos, donde la familia del loberense ha jugado un rol fundamental, acompañándolo en cada paso de su carrera.
El camino que «Nacho» Archieri transita, nos recuerda que el verdadero éxito no reside únicamente en las victorias, sino en la capacidad de luchar, aprender y perseverar. Desde Lobería, lo acompañamos con orgullo y confianza en que este será el inicio de una etapa de grandes logros, no solo para él, sino para el pádel argentino.
